La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Villamil se apunta a los clásicos

Los usuarios del centro de integración tapiego disfrutan de su club de lectura "Les preparo textos cortos y adaptados, y están encantados", asegura Enma Nogueiro

Miguel Pacheco y Vanesa Lombardero recitando un fragmento de "Don Juan Tenorio".

"¿No es verdad, ángel de amor...?" recita Miguel Pacheco en el papel de Don Juan Tenorio, mientras Vanesa Lombardero le da la réplica como doña Inés. La escena se vivió el miércoles en una de las reuniones del club de lectura "Café con letras", que la biblioteca de Tapia desarrolla en el Centro de Apoyo a la Integración (CAI) que gestiona la asociación Fraternidad en Villamil (Tapia). Los usuarios están encantados con esta aventura literaria que se puso en marcha el pasado noviembre y que, entre otras cosas, les está permitiendo conocer obras clásicas de la literatura española.

Todo comenzó hace un par de años, cuando una de las monitoras de Fraternidad, Concha Fernández, empezó a organizar visitas a la biblioteca tapiega los viernes por la tarde. "Es un rato que se dedica al ocio y, como había un grupo de chavales a los que les gusta leer, pues decidimos llevarlos para que pudieran sacar ellos mismos los libros", relata. La bibliotecaria, Enma Nogueiro, se sorprendió con el interés que estaban demostrando y quiso dar un paso más. Así fue cómo planteó la creación de un club de lectura específico. "Pensé que sería guapo, para que pudiesen leer y también escuchar los que no saben leer", explica.

Nogueiro decidió además empezar por los clásicos y, pese a que pudieran parecer textos más difíciles para un lector poco acostumbrado, la experiencia está resultando un éxito. "Les preparo textos cortos, adaptados a ellos. La idea es abrirles el abanico y que conozcan la literatura clásica de una manera divertida. Les está encantando", explica. De la mano de Nogueiro han conocido a Quevedo, a Zorilla o a Bécquer, e incluso se animan a teatralizar los textos. "Estamos preparando una pequeña representación de diferentes fragmentos que haremos para el resto de usuarios en el comedor del centro", añade Nogueiro.

El club, que se celebra una vez a la semana durante una hora de duración, contó al inicio con un grupo más grande de participantes. Ahora son asiduos una veintena de usuarios de Fraternidad, a los que "de verdad les gusta" la propuesta. "Está entretenido", explica Amador Rodríguez, que es un lector habitual de cómics. También Lino Fernández califica de "estupenda" la actividad y explica que le gusta leer "de todo un poco". A su lado, Rosario Boyano confiesa que, aunque no sabe leer, disfruta escuchando las lecturas de sus compañeros y también se anima a recitar algunos versos: "Me gusta el club, se pasa muy bien y mis compañeros me ayudan".

Compartir el artículo

stats