Uno de los trabajos presentados en la jornada de ayer en Jarrio es el de la enfermera del servicio de Urgencias Tamara López Martínez, que ha investigado sobre los casos de ictus y su tratamiento en la zona rural. Según sus conclusiones, las mujeres sufren estos episodios, de media, cinco años más tarde que los hombres, y ellas sufren más secuelas que los varones. Uno de los principales problemas, explica, es que "no se toman en cuenta los síntomas y no se da aviso a tiempo" de la situación, además de la dispersión de la población.

Es por ello que López recomienda "más promoción de la salud, para explicar en qué consiste la patología, y que es tiempo dependiente".