A los pies de la antigua calzada entre Asturias y León, conocida desde época romana como el Camín Real de la Mesa, eran comunes las capillas y ventas donde dar reposo al cuerpo y el alma, abiertas a todos los caminantes que la transitaban. La nuevas vías de comunicación la dejaron obsoleta con el paso de los siglos y las edificaciones que antaño estuvieron llenas de gentío y por donde entraban todos los nuevos productos y novedades a la región se fueron viniendo abajo. La voluntad de los vecinos de Dolia (Belmonte de Miranda) ha servido para levantar de nuevo uno de esos edificios, la capilla de San Benito, que será reinaugurada mañana con una misa, seguida de una comida campestre.
"Es de las pocas que quedan y estaba muy deteriorada, casi a ras del suelo", indica Manuel Pérez Villaboa, quien ha estado al frente de la reconstrucción del templo. En 2014, un grupo de vecinos de la parroquia decidió impulsar la reforma de la capilla al ver que el templo estaba a punto de desaparecer. El tejado y las vigas estaban podridos, y había muchas humedades y desperfectos en ventanas y puertas. "No lo sabemos con exactitud, pero, según la documentación que hemos visto, la capilla es del siglo XII o XIII y estaba cerca de la venta conocida como La Corredoria y de un pequeño hospital", sostiene.
Comenzaron a recaudar fondos, sobre todo con aportaciones de vecinos, familiares y amigos, pero también consiguieron facilidades con la licencia en el Ayuntamiento, y recibieron aportaciones de la Caja Rural y el Arzobispado de Oviedo. Con todo ello reunieron 8.000 euros para atajar las deficiencias. En ese momento, el grupo de vecinos contrató a dos profesionales de la albañilería que fueron los encargados de ejecutar la remodelación de la capilla de San Benito de Dolia.
Comenzaron por el retejado de la capilla con placas de hormigón y teja árabe, también hicieron un drenaje perimetral para evitar las humedades que se introducían en el inmueble, cargaron y lucieron las grietas de las paredes, instalaron nuevos canalones, y restauraron todas las puertas y ventanas.
"La prioridad en la rehabilitación era el tejado porque entraba mucha agua y estaba todo podrido y muy deteriorado, pero hubo otras muchas cosas que hacer, por ejemplo con las ventanas y las puertas lo que hicimos fue levantar toda la pintura y las dejamos naturales, como eran en origen", detalla Pérez.
La obra ya ha finalizado. Justo para la celebración de San Benito, mañana, en la capilla de su advocación en Dolia. Los vecinos se juntarán a las 13.30 horas en el templo, donde se oficiará una misa solemne en honor del santo y luego se servirá un pincheo al que están invitadas todas las personas que acudan al reestreno de la capilla. Habrá tortillas, empanadas y todo lo necesario para disfrutar de una comida campestre.
El grupo está satisfecho y orgulloso del resultado conseguido, avanza Pérez, y esperan que la fiesta de San Benito se convierta en una fecha ineludible para los belmontinos en los próximos años.
