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Cien líneas

Alcoa

Entre cárteles y presiones extranjeras el coste de la electricidad arruina a las empresas españolas

La factoría de Alcoa en la ría de Avilés puede echar el cierre porque la energía eléctrica que consume es demasiado cara. Ni el sabio Salomón es capaz de entender los vericuetos de los precios de la electricidad española porque son como son para que no haya quien los desentrañe. En todo caso, el kilovatio es muy caro y por eso puede cerrar Alcoa. ¿Por qué es tan caro? Veamos:

1) El tinglado eléctrico procede del oligopolio bancario, que en los últimos años se ha agudizado extraordinariamente, al pasar de 60 entidades financieras a sólo 15, así que pónganse en lo peor. Ahora las eléctricas ya no están aferradas a los bancos. Endesa, que privatizó acertadamente Aznar, la volvió a nacionalizar ZP, pero ¡para el Estado italiano!, el colmo de los colmos. HC, sin ir más lejos, es de los portugueses, que a su vez son vasallos de los chinos y tal y tal y tal. No digo que unas y otras concierten precios, entre otras cosas porque la tarifa, insisto, no hay quien la entienda, pero las tímidas liberalizaciones en vez de traducirse en bajadas de precios los han subido, así que hasta que Hayek no me lo explique sigo temiéndome lo peor.

2) Las nucleares fueron frenadas con un tiro en la nuca. Secuestraron a Ryan Estrada, ingeniero jefe de Lemóniz, y lo asesinaron. Moratoria nuclear. Francia produce con sus nucleares electricidad barata. España, con apenas media docena de plantas, cara. Las empresas francesas son competitivas, las españoles no. Y aún hay quien duda sobre la verdadera naturaleza de la ETA.

3) Las renovables, con las excepciones que se quiera, tras mayúsculos pelotazos, pesan como una losa sobre la tarifa.

4) El Gobierno canario se opone a la búsqueda de gas y petróleo en la islas, así que todo para Marruecos.

En resumen: una chusma de chupones y traidores arruina a las empresas españolas. Pobre Alcoa. O, mejor dicho, pobres trabajadores de Alcoa.

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