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Profesor y activista de XEGA

Pedro Zerolo, un hombre bueno

Recuerdos que muestran la valía humana del político y activista

La muerte de Pedro Zerolo -temida desde que dio a conocer su enfermedad- me ha llenado de tristeza. Fue, además de una gran persona y un político honesto, un buen amigo, con el que tuve el honor de compartir el activismo lgtb y de poder avanzar en los derechos del colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales. De entre los muchos recuerdos que guardo de él, uno es quizá el más intenso y que muestra mejor su valía humana: Pedro fue uno de los activistas madrileños que supo dar apoyo a mi familia y amigos -en especial a mi madre- al cercarse en varias ocasiones hasta el Hospital Puerta de Hierro, allá por el 2002, a interesarse por mi salud tras el desgraciado accidente del autobús de XEGA en Madrid, en el que yo resulté gravemente herido, cuando volvíamos a Asturias en la madrugada, tras participar en la manifestación del Orgullo de aquel año. Porque Pedro tenía tiempo también para estas cosas más pequeñas, lo que indicaba su talla humana y su proximidad con la gente (concepto ahora tan reivindicado).

Pero aunque aquel sea el recuerdo quizá más emocionante para mí ahora, hubo otros muchos momentos de activismo y amistad, en los que Pedro supo siempre desarrollar una política con rostro humano y una vida en la que la política siempre estuvo presente. Su papel en el colectivo lgtb para avanzar hacia la igualdad legal y social fue muy importante, toda vez que supo romper con la demanda de una "ley de parejas" y plantear el matrimonio como la única vía de igualdad real para las parejas de gays y lesbianas, una propuesta que siempre habíamos defendido desde XEGA en Asturias. Su talante de buen conversador y su entusiasmo fueron elemento básico para que su partido, el PSOE, acabara haciendo propia esta reivindicación y para que la misma se acabara convirtiendo en una ley en el Parlamento.

Pedro quiso poner un rostro gay público en un político y esto le llevó a tener que hacer frente a campañas de homofobia feroz, especialmente en los años en que la derecha llenó de crispación (luego la ha ido llenando de corrupción) la vida política española. Y más recientemente pudimos asistir a un brote de homofobia no menos salvaje contra su persona, de la mano de otro pilar fundamental de la homofobia patria, la jerarquía católica y los sectores más fundamentalistas del catolicismo, cuando uno de sus miembros, un lamentable cura de un pueblo leonés, apelaba a un castigo divino para explicar su enfermedad. ¡Qué asco y qué tristeza producen estas cosas!

Sin embargo Pedro supo estar por encima de convencionalismo y adversidades y lucho con valentía, siempre, en defensa de sus ideales, y hasta el último momento, contra su enfermedad. Por ello su muerte nos llena de tristeza pues seguía siendo un importante referente del movimiento lgtb y una persona que tenía mucho todavía que aportar a la política actual.

Quisiera acabar esta breve reseña con una frase suya, tomada del libro "Primera Plana", que aunque es de 2007, creo tiene plena vigencia hoy: "Ahora más que nunca es el momento de estar activos en la defensa de la libertad, la igualdad y la fraternidad". Y no lo dudes, Pedro, que mientras nos quede aliento, somos muchas las personas que nos mantendremos activos en la defensa de esos valores y en el compromiso de conseguir una sociedad en la que la diversidad afectivo sexual sea respetada y aceptada. Desde el cariño y la emoción, gracias por haber estado ahí. ¡Hasta siempre Pedro!

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