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Cien líneas

Empezamos

Fin de curso y recuento de lo que el viento se llevó en doce meses. Desde mis coordenadas, anoto el cierre de La Boalesa, el bazar juguetería que hacía esquina entre San Juan y Schulz, y de González Suárez, comercio de electricidad de la calle Ramón y Cajal, frente a la puerta de la Universidad. Cada cual tiene sus referencias, ahí van las mías ya en abandono.

El escaparate de La Boalesa ha sido cubierto con un mural erótico, sobre papel, que firman Toño Velasco e Inés A. Es una especie de contra Guernica: estalla la alegría de vivir. Me quedo con esas imágenes gozosas.

Decía que se acaba el curso pero ciertamente hace mucho que ya no ocurre tal en agosto. Incluso han llegado a modificar la Constitución durante el supuesto paréntesis.

Este año toca la cacería de Albiol. Y es que, si no, después de lograr un resultado magnífico -no me cabe la menor duda- el 27 de septiembre, será aclamado como cabeza de lista nacional para las generales del 20-N. Rajoy tendría que repetir aquella jugada anti Cascos. Ya no hay horno para semejante bollo.

Y menos en Asturias. La policía registra el domicilio de uno de aquellos coroneles del PP: la trama del agua. Y están en veremos un exalcalde de Oviedo -obviamente no es Masip: quedan solo otros dos- y un exconcejal de Gijón. Misterios de Polichinela. En estas líneas ya me referí a viajes a Dubrovnik y Nueva York, pagados por el agua; al vuelo en helicóptero sobre el Cañón del Colorado y... ah, por la otra banda -que dicen los catalanes- se estrecha el cerco sobre El Musel, directivos de Tudela Veguín y tal.

¡Wenceslao, cierra el Asturcón! ¡Y el Cagatrava, para cementerio nuclear! ¡Albiol, a por ellos! Me quedo con el feliz mural de La Boalesa.

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