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La caja

La ciudad sin cabinas

El final de las cabinas está cercano. El final oficial, el que vendrá dictado por algún decreto ministerial al que se agarrarán las compañías que las tienen como una carga deficitaria. La realidad nos dice que el final de las cabinas se ha producido desde la masiva invasión de móviles. No hace tanto un empleado de una constructora gijonesa con obra en La Guía recorrió el trayecto entre ese barrio y el de La Arena sin que le funcionara una sola cabina. Los amigos de lo ajeno habían instalado un truco para hacerse con la recaudación, pero se les vio poco hábiles porque al empleado le fue imposible meter una sola moneda y poder así hablar con la central. La ciudad se va a quedar pronto sin cabinas en otro cambio del paisaje urbano por el que nadie protestará. "La cabina", aquel genial programa de televisión, de Mercero y Garci, fue el primer paso hacia el final porque más de uno cogió miedo a que le pasara lo mismo que a López Vázquez. Y luego, el móvil.

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