El flamante fichaje del Sporting, Tonny Sanabria, tiene apellido de lago y de comarca zamorana donde hay un pueblo que se llama Asturianos, gobernado por el alcalde más longevo de este país, Leonardo Gallego, que lleva el bastón de mando desde el 17 de agosto de 1963. Y donde existe otra localidad de nombre San Ciprián donde los más viejos, que son casi todos, hablan una especie de bable y toman fabes con compango al modo de aquí. En Sanabria hizo otro asturiano, Alejandro Casona, catequesis pedagógica. Y del lago sanabrés, glaciar e inmenso, escribió Unamuno que era "espejo de soledades". Este otro Sanabria de Paraguay aterriza en Gijón con la intención de subir muchos goles al casillero rojiblanco, que es la mayor carencia del abelardismo. Tiene cartel el futbolista que procede del fútbol italiano, que no ayuda a lucir a los delanteros estilistas y sí a los defensas con botas de tacos de diente de cocodrilo. Aquí tendrá más suerte y menos dentelladas.
