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La oposición

El papel de las alternativas al PSOE en la Junta General

Hace unas semanas, a raíz del discurso del presidente del Principado de Asturias en su toma de posesión, decía en un artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA, que Don Javier no me parecía el líder capaz de transformar el Principado de Asturias. Pero como no hay una democracia sin oposición, vamos hoy a dar un repaso a esos partidos que, aparentemente, se oponen al que está en el gobierno y forman parte de la Junta General del Principado de Asturias.

Les tengo que confesar que el término oposición no es de mi total agrado. Esta palabra significa acción y efecto de oponerse. Pero nunca concebí a los partidos que no están en el poder como grupos que tienen que oponerse a todo; ni mucho menos. Por tanto, no creo que tenga que ser un ejercicio meramente reactivo en contra, sino que tiene que tener un perfil propositivo propio. Si bien estos partidos deben de ejercer una función de vigilancia y censura, informando a la opinión pública de todo lo que acontece y de lo que no están de acuerdo con el gobierno, también tienen una importante tarea que cumplir actuando de manera eficiente y activa como fuerza de contrapeso y equilibrio, para conseguir la moderación del gobierno, evitando excesos y populismos, pero principalmente, consensuando, negociando y fijando caminos comunes con el PSOE para que las acciones y reformas que se lleven a cabo sean válidas para todos los asturianos.

Pero es que además, en Asturias, dejando a un lado a Izquierda Unida que de una u otra manera apoya al gobierno del PSOE, el resto de partidos políticos tiene 26 escaños, es decir, la mayoría de la Junta. Se que muchos de ustedes me dirán que no es fácil que lleguen a pactos, y estoy de acuerdo, pero deberían hacerlo para muchos asuntos. Con independencia de las ideologías, cada día mas olvidadas, hay que pensar en lo que es bueno o malo para el futuro de Asturias, y llegar a compromisos de colaboración en cualquier materia.

Ahora bien, ¿serán capaces de comenzar a servir a objetivos superiores? Pues, permítanme que lo dude. La labor del Partido Popular y de Foro en la Junta del Principado ha sido errática y sin consistencia, y se ha caracterizado por su baja credibilidad y debilidad extrema. De Ciudadanos, nada sabemos; de momento es Albert Rivera y paren ustedes de contar. ¿Y Podemos? Una gran incógnita; no están mal en la denuncia y en la crítica, pero no existen en las propuestas. Para colmo dicen que se reducen el sueldo, pero, por si acaso, la diferencia se la llevan al partido; mal empezamos.

Si los asturianos ven con preocupación al gobierno del PSOE, debido a los pocos resultados positivos percibidos en los últimos años, no es menos cierto que también ven a una oposición con poca credibilidad por la ausencia de un programa de actuación, por la ausencia de un proyecto político. El PSOE ha logrado conservar el monopolio de la iniciativa política, y la oposición ha tenido grandes dificultades para elaborar un programa alternativo que no sea el mero rechazo a las propuestas gubernamentales.

Es verdad que la obligación de desarrollar un programa y de hacer que las cosas funcionen es del gobierno, pero la oposición tiene la gran responsabilidad de convertirse en una oposición política positiva y constructiva, con las atribuciones de fiscalizar y apoyar, criticar y proponer, rol clave para mantener y hacer crecer una Asturias necesitada, hoy mas que nunca, de proyectos que vengan a remediar la hemorragia del paro y la despoblación, proyectos, en definitiva, que creen riqueza, pues solo desde la creación de riqueza se puede llegar a una sociedad donde es posible el desarrollo de políticas sociales y redistributivas justas.

Saben ustedes, queridos lectores, de mi obsesión por los líderes. Soy de la opinión que ninguna causa prospera sin un líder, sea política, empresarial o de cualquier índole; al igual que un buen líder no hace nada sin un buen equipo detrás. La ambición, el recelo y el ansia de poder personal se deberían de dejar a un lado. Hay que deponer el egoísmo y la vanidad, porque Asturias es y debe ser lo primero. Es la construcción de Asturias lo que debe concitar el esfuerzo para establecer el diálogo y las acciones políticas encaminadas a mejorar la vida de los asturianos. Y para ello, los grupos políticos debieran poner al frente de sus estructuras a líderes serios, cultos, preparados y con capacidad y carisma para influir en los asturianos y hacerse querer.

La oposición no puede ofrecer solo críticas. Unas críticas que, en ocasiones, son tan bajas de nivel que se tornan groseras e infamantes para las personas, perdiendo clase y elegancia polémica. Hacen falta propuestas concretas para resolver los problemas que tienen los asturianos y sufren en carne propia. Propuestas con objetivos claros y alcanzables que sirvan para solucionar cuestiones como el paro, el infierno fiscal y demográfico, la corrupción, la falta de inversiones productivas, el exagerado gasto público, la excesiva dependencia de las jubilaciones, el altísimo desempleo juvenil o el escaso crecimiento de nuestra economía.

El gobierno del PSOE ejecuta un proyecto de todos conocido y por todos padecido; su proyecto. Ahora corresponde a la oposición mostrar a los asturianos el programa que debiera resolver los problemas que el gobierno ha creado y no ha sabido o no ha podido resolver. La oposición sin una propuesta concreta no es mas que un espectro político, un espíritu perdido.

Como al Presidente, le deseo a la oposición toda la suerte del mundo, pues será la nuestra. Pero, al igual que dije que Don Javier no me parecía el líder capaz de transformar el Principado de Asturias, también, con tristeza, digo, que no creo que la oposición tenga los líderes, ni los equipos, que ayuden a esa transformación.

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