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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Piqué y el canto de las sirenas

Parece ser que Piqué y otros jugadores de la selección se lo pasaron en grande de madrugada en Gijón, antes del viaje a Macedonia. Y no vinieron a esta ciudad a por fruta, salvo que las copas llevaran más limón que de costumbre; y cardamomo. Mientras cumplan con su trabajo están en el derecho de divertirse como estimen pertinente. Y si Shakira se lo permite, que disfrute Piqué de sus andanzas de picador, poniendo picas en Flandes. Que los aficionados piten a un futbolista puede considerarse un gesto de mal gusto, pero también un ejercicio práctico de libertad de expresión. Si pitar el himno de España en una final de Copa es tolerable, reprochar a Piqué desde la grada sus manifestaciones nacionalistas, sus bromas de mal gusto y sus desbarres hay que tolerarlo también. El público, el pueblo del fútbol, es soberano y siempre tiene razón, porque además paga. Si a Ramos, Cesc o De Gea molestan los pitos, que sellen sus oídos con cera, como Ulises. Así tampoco sucumbirían al canto de las sirenas.

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