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Cien días en la nube

Wenceslao López, sorprendido por su elección como alcalde

La elección de Wenceslao López como alcalde de Oviedo después de haber logrado los peores resultados de la historia del PSOE en la ciudad sorprendió a todo el mundo. Pero, sobre todo, al propio interesado. Tanto, que han pasado cien días y aún no se lo cree. Se mueve por el Ayuntamiento asustado, como si temiese despertar de un sueño y se encontrase con que la Alcaldía fuese de Ana Taboada y él un concejal más del equipo de Gobierno de la líder de Somos.

La verdad es que no es de extrañar que a Wenceslao López le costase asumir el cargo. En apenas un segundo, sin comerlo ni beberlo, pasó de ver cómo sus propios compañeros de partido le pedían la cabeza por la estrepitosa derrota electoral a verse aclamado por sus correligionarios como el primer Alcalde del PSOE en Oviedo en más de dos décadas. ¡Como para no quedar aturdido por la conmoción durante un par de semanas!

Pero ya han pasado más de tres meses. El pasado lunes se cumplieron los cien días que normalmente se dan de cortesía a los nuevos cargos políticos para empezar a juzgar su labor, y el alcalde ovetense sigue sin estar muy seguro de quién manda en el Ayuntamiento.

Como todos los políticos a los que pillan en un renuncio o reciben una crítica, López asegura que todo son maldades de la oposición. Al menos eso decía en una entrevista el pasado domingo en LA NUEVA ESPAÑA en la que, cómo no, achacaba la imagen de desgobierno de su equipo a un problema de "comunicación" (lo mismo dijeron González, Aznar, Zapatero o Rajoy cuando las cosas les empezaron a ir mal).

Posiblemente, la oposición amplifique los problemas, pero dentro de su propio partido cada día hay más militantes que le reclaman que coja la sartén por el mango. Como muestra un botón. El ayuntamiento que él dirige lideró un boicot a Coca-Cola durante las fiestas de San Mateo. Pero el chiringuito de la Agrupación Municipal Socialista de Oviedo, de la que él es secretario general, vendía este refresco como todos los años, ajeno al boicot promovido por el Alcalde (¿o era por la [vice] alcaldesa Taboada?).

Las leyes que regulan la vida de los ayuntamientos dan la razón a quienes le piden que se haga valer, que gobierne en lugar de ejercer como un tercio de Alcalde. La normativa española para ayuntamientos grandes como el de Oviedo es muy presidencialista y le deja un amplio margen de maniobra para mandar en minoría. Tanto, que Podemos/Somos se quedaría en fuera de juego si un día rompiese la baraja. Como le pasó en Gijón tras regalarle la Alcaldía a Foro. Peor, porque allí puede amenazar a Carmen Moriyón con una moción de censura y en Oviedo nadie se creería a Taboada amagando con devolver a Agustín Iglesias Caunedo a la Alcaldía.

Es normal que Wenceslao López esté agradecido a Podemos por haberle entregado el bastón de mando. Posiblemente lo hicieron para disimular que acababan de obsequiar a Foro con la alcaldía de Gijón quitándosela al PSOE. Y, claro, también para gobernar ellos teniéndolo a él como mascarón de proa. Ha pasado cien días en la nube. Ahora le quedan tres años y casi nueve meses para gobernar. Tiempo más que suficiente.

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