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Profesor universitario de Matemática Aplicada

Líderes y esclavos

El deporte como ejemplo para hablar de liderazgo en el mundo universitario y el empresarial

Aunque creo que la importancia social de los deportistas está sobrevalorada, el deporte es sin embargo un buen ejemplo para hablar de liderazgo. Últimamente se ha hablado mucho de la hazaña de la selección española en Lille en el campeonato europeo de baloncesto ante casi 27.000 espectadores galos cantando la Marsellesa:

"Allons enfants de la Patrie, (En marcha hijos de la Patria)

le jour de gloire est arrivé!, (¡ha llegado el día de gloria!)

contre nous de la tyrannie (contra nosotros la tiranía)

l'étendard sanglant est levé. (alza su pendón).

Me encanta el baloncesto porque es un juego dinámico en el que se equilibran equipo e individualidades. Quiero aclarar que este artículo fue escrito antes de la gran final ante Lituania porque el resultado es lo de menos en este caso.

A nadie se le escapa la gran calidad de todos los jugadores de las diferentes selecciones que han llegado a las semifinales de este campeonato e incluso otras que se han despedido anticipadamente. Muchos de estos jugadores, curtidos en 1.000 batallas, evolucionan en la NBA, la liga profesional más exigente a nivel mundial. Sin embargo, todos estos jugadores no son iguales, los hay muy especiales. Algunos de ellos son líderes en sus equipos. Pau Gasol es uno de ellos y quizás sea único por su ansia de competir, por su "fairplay" con los rivales, por echarse el equipo a sus espaldas en todo momento, porque todos los demás, que son también jugadores extraordinarios, mejoran a su lado, y ninguno de ellos discute su liderazgo, ganado a base de ejemplos. Pau es un deportista extraordinario y aunque no lo conozco personalmente, estoy seguro de que también es una gran persona. Me extrañaría lo contrario.

Muchos periodistas deportivos que solo ven la hazaña nacional o deportiva intentan comparar a Pau con otros deportistas de renombre, particularmente futboleros. Preguntaron a Benítez si Cristiano Ronaldo es su Pau Gasol, y Benítez para quitarse el muerto de encima respondió que obviamente sí. No obstante, eso no es así. Un líder trabaja para el equipo y sabe repartir y hacer que los demás brillen. Ronaldo es un deportista extraordinario por su ansia de ganar, pero tiene un defecto: es un egoísta. Lo siento, nunca podrá ser un Pau Gasol, ni en talla, ni en inteligencia. Los del Barça dicen que quizás lo sea Messi, una persona introvertida que no domina la palabra y que lo más inteligente que se le conoce es su silencio. Messi, a pesar de que es impresionante, tampoco es un Pau Gasol, porque si lo fuera brillaría en todos sus equipos y no sólo en el Barcelona. No obstante he de reconocer que hay ocasiones en que Messi se le aproxima. ¿Qué diferencia entonces a Messi de Pau? Su inteligencia. Además Pau es un gran comunicador, hacia fuera y hacia dentro. Messi, sin embargo, ejerce de líder como el que no quiere la cosa, y por reciprocidad, si no quieres la cosa, la cosa tampoco te quiere a ti. Dicho de otro modo, Messi es anodino, aunque he de reconocer que el fútbol tampoco es el baloncesto.

Llevemos todo esto a otro terreno, como es el mundo universitario y el empresarial. En el mundo empresarial el liderazgo en un proyecto es muy importante, dado que el líder mejora a aquellos que le rodean dando más de lo que recibe. Hay muchas maneras de ser líder en el mundo empresarial. Una manera es ser un visionario. Steve Jobs lo era, sabía lo que la gente iba a necesitar antes de que la necesidad existiese. Un día les dijo a sus ingenieros: "Quiero un artilugio (smartphone, tablet, etc.) que se controle con dos dedos". Uno le dijo: "Eso es imposible". Él respondió: "Imposible no es Apple". No obstante, dicen los que le conocían que era complicado como persona. Otros son líderes en tecnología y son capaces de romper cualquier cuello de botella. Mi gran amigo Víctor (MacGyver), que trabaja en una empresa de cartonajes, es un claro ejemplo. Si Víctor hiciese las pateras ninguna naufragaría y tendríamos resuelto el problema migratorio. Finalmente otros lo son en comunicación: utilizando la empatía y la inteligencia emocional son capaces de dar vuelta a cualquier situación crítica.

¿Qué líder conseguirá esto con el independentismo catalán? Por el momento, creo que a nivel de comunicación y persuasión la batalla parece que ha sido ganada por el "España nos roba". Ni Rajoy, ni Sánchez parecen competentes en este terreno. A Rajoy le tiembla el ojo y no sabe si sube o si baja. Un líder nunca debe dar la callada por respuesta ante un gran problema. Sánchez no tiene credibilidad, pues su partido la ha perdido. ¿Quién menea realmente el cotarro en los partidos? Más que líderes, parecen fusibles. Ninguno de los dos nos pone, ni convence. Albert Rivera es un gran comunicador, transversal?, veremos adónde llega. No debería olvidar que también lo era Rosa Díez y ya ven cómo ha terminado UPyD. ¿Por qué? Ya lo he explicado, los líderes inspiran, comparten, difunden y reparten. Es como la maestría: nadie se nombra maestro a sí mismo, es un título otorgado por los demás. En cuanto a Podemos y las mareas ciudadanas, tienen hasta ahora el beneficio de la duda, siempre y cuando sean transversales y no se equivoquen en la priorización de los temas que tanto han criticado en los partidos que llaman tradicionales. Podemos, veremos. Los electores no pediremos a Pablo Iglesias que se corte la coleta, eso es lo de menos, sino que actúe como un líder: sin sesgos.

Y en el terreno universitario, ¿dónde están los líderes? Deberían ser los catedráticos y también los profesores titulares que quieren recorrer ese camino. Un catedrático según mi punto de vista debe impactar en su entorno académico y profesional, debe ser capaz de crear un equipo de investigación, de dirigir tesis doctorales y formar tecnólogos. También tiene que ser capaz de impactar en el terreno humanístico, científico y tecnológico. Cuando pienso en la figura del catedrático siempre me acuerdo de mi querido Emilio Alarcos Llorach, al cual tuve la ocasión de tratar desde pequeño. Su talla irradiaba y no se puede decir realmente que midiera 2,15. No existen catedráticos que hagan la guerra en solitario, tienen que crear equipo, hacerlo crecer y crecer con él.

Después de cuatro años parece que se ha abierto el grifo y la Universidad podrá convocar plazas de promoción para los profesores que se han habilitado a catedrático, a profesor titular de Universidad y espero que al resto de figuras. Si no se reconoce el mérito, no se reconoce nada. Sería necesario que este proceso fuese mucho más dinámico y que existiesen diferentes escalafones en dichos cuerpos en función de los méritos, y que la temporalidad de dicho reconocimiento fuesen los candidatos quienes la decidiesen, no mediante el famoso sexenio. Por ejemplo, Francia, país con varios premios Nobel en las universidades públicas, posee once escalones distribuidos en tres clases diferentes: segunda, primera y excepcional. Además, el paso de Maître des Conférences (profesor titular) a Professeur des Universités (catedrático) se hace a través de un sencillo y exigente procedimiento que se denomina HDR (Habilitation à diriger des Recherches), es decir, la habilitación para dirigir investigaciones. Es por tanto un sistema flexible y jerarquizado, como no podría ser de otro modo. Durante esta crisis el Estado francés no ha parado de convocar plazas de catedrático y de promocionar a sus mentes más privilegiadas. La promoción siempre está abierta, nunca la vagancia. ¿Entienden ahora la diferencia existente entre ambos países en el terreno académico, cultural e intelectual? También es el secreto de EE UU, una sociedad que amplifica el mérito y la valía.

Termino hablando de esclavos. Cuando uno visita las antiguas plantaciones del Misisipí, aparte de aterrorizarse al comprender cómo se trataba a los esclavos, uno se queda con la boca abierta cuando entiende que éstos al ser liberados permanecieron en las mismas casas donde habían sido esclavos. Simplemente no sabían adónde ir. ¿Entienden ahora por qué necesitamos líderes en nuestra sociedad que nos sugieran e indiquen los caminos? Pau Gasol es solo un ejemplo inspirador. La palabra bueno no es necesaria.

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