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Cien líneas

Vísperas

A ver cuando estallan las dos bombas de relojería que, tic-tac tic-tac, están preparadas para antes de las elecciones generales: la relativa al informe Pelicano y la referente al dossier Flamingo. Al menos así las denominan en los mentideros.

El primero se refiere a Rajoy y ciertas cuitas sobre dineros apenas santos. El segundo apunta al suegro de Sánchez que ya ha enseñado la patita aunque el viernes el yerno estuvo en Oviedo y de la nube de periodistas que le rodeaban no salió la pregunta evidente. Venga a darle vueltas a la crisis de los medios: ¡son tan evidentes las causas!

Los tirones de manta escasean y apenas resultan eficaces. Como se dice en ajedrez, siempre es más fuerte la amenaza que la ejecución. Bien lo saben los chantajistas. En los dos informes apuntados de eso se trata más o menos.

Quiero decir que aunque estallen las bombas virtuales nada ni nadie saldrá por los aires. Entre otras cosas porque la hoja de ruta que lleva tanto tiempo cumpliéndose no va a quedar en papel mojado por un quítame allá esas pajas.

Tienen gracia las cuentas que se agitan -y lo que falta de aquí a las vísperas de la Lotería- por lo interesadas. Y porque ignoran la historia reciente de España. Tienen, ay, triste humorada, ya que ponen entre paréntesis lo fundamental: con la combinación que se quiera -a mi juicio el SIR: Sánchez, Iglesias y Rivera- en enero se abre un loco proceso constituyente con salarios entre 600 y 900 euros y las inversiones en Suiza.

No sabría qué nombre ponerle a la que está al caer pero tiene cara venezolana, no me cabe la menor duda. Sospecho que quienes dicen que Podemos es un suflé a la baja no tienen ni idea de lo que hablan: si se hunde Podemos surgirá Súper Podemos.

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