Mucho nos disgustaría que la consejera de Infraestructuras del Principado, Belén Fernández, la de verbo rápido, saliera herida de la reunión del próximo martes, no trece, sino diez de noviembre, en esa cita de Gijón al Norte en la que se va a decidir el futuro del plan de vías y estaciones de la ciudad después de los seis años de choteo del PSOE gobernante a la vez en la nación, la principalidad y la municipalidad; y tras otros cuatro años de propina inactiva que añadió el Gobierno de PP de manera atroz e inexplicable.
En estas cosas pasa siempre lo mismo: al comienzo hay que detestar las buenas caras y sonrisas (en este caso, de la ministra Ana Pastor y de su segundo, Julio Gómez Pomar, el tostado, por su perenne buen color) a las que les empujan la proximidad de unos comicios, pero pasadas las maldiciones, y sin perdón ni olvido, hay que resignarse a que París bien vale una misa, es decir, que el plan gijonés también merece que nosotros sonriamos a estos ministradores hasta que pongan el último huevo.
Pero prevemos un inconveniente grave; a saber, que el PSOE del Principado y del Ayuntamiento, a través de las bocas de doña Belén y de José María Pérez -que unas veces habla rápido y otras lento, como si pensase-, le han puesto la proa a los movimientos pastoriles y moriyonescos calificándolos de entente de la derecha para arañar votos en las elecciones de 20 de diciembre. A lo mejor es cierto (lo de la entente), pero ya decimos que preferimos celebrar el posible empujón al plan.
Ahora bien, mucho han de cuidarse las personas sensatas de Gijón al Norte de que Fernández no se vea aislada o rechazada en sus posiciones, y que al salir monte un belén, o un Cafarnaúm, ya que, si el PSOE llegara a tocar poder a partir de diciembre, los consejos de la Consejera desde Asturias podrían ser el derribo de lo acordado en noviembre y la vuelta al comienzo. Por tanto, no nos alteren a la Consejera y sosiéguenla si ven que se le acelera la dicción o el ritmo cardiaco. En suma, lo que esperamos del 10 de noviembre son decisiones más bien inamovibles.
