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Pantagrueles

Según la plataforma Civismo, considerando todas las cargas fiscales que gravan el trabajo en España, un sueldo de 1.679 euros paga un tipo impositivo real del 40,7 por ciento. Como en los paraísos nórdicos de la socialdemocracia. Atención, allí la renta media es un 70 por ciento superior a la hispana.

Los impuestos en España están entre los más altos del mundo civilizado. La conciencia ciudadana empieza a despertar. Han quedado atrás los tiempos en que los políticos presentaban los presupuestos públicos destacando un solo punto: su incremento. La gente aplaudía con las orejas y los votaba en masa precisamente por eso. Era tal la incultura política y económica del común que a más saqueo de los bolsillos del personal mayores ovaciones. ¡Viva el socialismo!

Ha quedado atrás ese tiempo solo de una forma relativa. Siguen presumiendo de gastar -o sea, de recaudar; o sea, de atracar- pero con el disfraz del vector social. Como el Tempranillo: roban a los ricos para dárselo a los pobres.

Los ricos sencillamente no pagan nada de nada -por algo son ricos- así que rapiña sobre las clases medias, que es como decir pobres tal y como están las cosas y, después, en vez de entregar los dineros a los pobres entre los pobres, la casta y las clases sociales engolfadas a la casta se quedan con la parte mollar.

Como ya se ha dicho hasta la saciedad, Rajoy gobierna para los bancos alemanes y franceses, para los oligarcas del IBEX y para dos millones de enchufados. A los demás, que les den. Que los desplumen para alimentar a esos tres géneros de monstruos insaciables.

Ganará las elecciones o, si se quiere, gobernará quien prometa y asegure a esos tres Pantagrueles su gigantesca ración diaria de alimentos durante los próximos cuatro años.

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