¡Cómo me prestó que un sierense haya sido un ganador de "¿Qué es un rey para ti?"! Y también ver al lado a su maestro, Javier de la Roz, al que recuerdo, niño, en las aulas del Celestino Montoto. La simbología del árbol como nuestro país, con las comunidades autónomas colgando como frutos y siendo el Rey su guardián es de actualidad plena. Siendo Valdesoto lugar de trabajadores de la madera no podría escogerse alegoría mejor. Árbol sí, pero ¿cuál? Si higuera, el menor peso se resquebrajará e irá por tierra alguna que otra rama. Siendo avellano, la flexibilidad permitirá que los balanceos no acaben en fractura. Tratándose de nogal, su nobleza exigirá cuidado y mimo. Si pino, se temería por su duración y riesgo de incendio. Si encina, su robustez superaría al roble. O tal vez cada rama del árbol que sustenta autonomías sea de madera distinta. Si hubiese poda, el guarda podría hasta repartir leña. Sin duda la belleza del árbol lo es con toda su frondosidad, sin tener que prescindir de rama alguna. Alejandro lo representó así sin más madera que la inocencia y bondad de sus once años.
