Juanito, sobre todo, pero también su padre, don Mariano, salieron ayer muy vivos de una entrevista que mientras hacíamos zapeo surgió de Telecinco. El caso es que teníamos detectados dos sistemas televisivos de trato e interrogatorio a los políticos. Uno, el ejecutado generalmente por una presentadora, que venía siendo el dominante por probable influencia ya antigua de Ana Pastor, la periodista, no la ministra. Y otro, el de caricias y buen rollito. Sin embargo, la presencia de Rajoy en "Tiempo de juego", y el par de entrañables cachetes que le dio a su hijo, Juanito, parecen haber reconducido las cosas, por una parte, a no poner tantas fieras en pantalla y, por otra, a que a Rajoy le den paseos con Bertín, Ana Rosa o María Teresa Campos. Así pues, el candidato de PP se va a acostumbrar a lo suyo, que es la blandura, y prueba de ello fue la referida entrevista de Telecinco. A ver, Piqueras le preguntó por Turquía, que según Rusia le compra petróleo al abominable Estado Islámico, pero va del brazo de la OTAN, y Rajoy le respondió como quien domina sagazmente la escena internacional, o sea, "no tengo por qué creer más a los unos que a los otros". Después, al ser preguntado sobre Bárcenas, recurrió a su habitual gran tesis de animal político: "No conocía lo que hacían algunas personas en el partido". A continuación, otro interrogante propició que el candidato colocara el mensaje de la jornada, a saber, reducción de cotizaciones a la SS. Y ya para finalizar, la ternura, esto es, la repetición de la jugada en la que Juanito recibe estoicamente la colleja del padre, el cual, por cierto, tuvo mucha suerte puesto que por cosas semejantes ya están interviniendo la Policía y los jueces.
