La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cien líneas

¡Goool!

Con las doce campanadas más que adivinadas mandan los recuentos y en general los pequeños juegos de salón a propósito del tiempo que se cancela. ¿Cuál fue el momento clave del año para usted? Esa pregunta y otras de similar factura corren y corren a estas horas para diversión y reflexión de propios y extraños.

Para mi, el instante cumbre de 2015 se produjo a las siete y siete de la tarde del 31 de mayo cuando David Fernández, defensa del Real Oviedo, cabeceó a gol que es tanto como decir al ascenso a segunda división.

Lo viví en el Carranza. La emoción fue indescriptible. Pero más allá de las aficiones personales o del radio social que se quiera importa la señal que ese momento lanzó a todos los ciudadanos y ciudadanas de buena voluntad.

Después de trece años de penurias al fin el Oviedín se recuperaba. Primero, mil desgracias heredadas; después y lo más grave, la traición del Ayuntamiento del PP que luchó a brazo partido por su desaparición; posteriormente, una plaga de oportunistas que solo pensaban en servirse del maltrecho club y como final, el largo boicot para impedir que el Grupo Carso se hiciese con las riendas del equipo.

Trece años de desgracias y agresiones quedaron canceladas en un instante. Y ocurrió así porque el Real Oviedo tiene una afición extraordinaria en fe, empuje y calidad humana. David Fernández remató en ese escenario ejemplar. Por eso el gran instante del año se cumplió a las siete y siete de la tarde del 31 de mayo: "centro de Susaeta, cabezazo de David Fernández y ¡goool!". Esto solo acaba de empezar.

Compartir el artículo

stats