Se puede estar de acuerdo o no con que el solar resultante de la retirada de las vías del ferrocarril en Gijón pase a llamarse jardín del Tren de la Libertad, en homenaje a las mujeres que, desde esta ciudad, encabezaron una marcha multitudinaria a Madrid en defensa de la ley del aborto. Pero el acuerdo es unánime cuando se reconoce en esa iniciativa la mano de dos "guerrilleras": Begoña Piñero y Maricusa Argüelles. De Maricusa y de su combativa asociación de mujeres de Barredos guardo un recuerdo imborrable. Hace años, durante la guerra de los Balcanes, la asociación acogió a un grupo de mujeres bosnias y a sus hijos en el pueblo. Hubo un conflicto y las refugiadas marcharon con cajas destempladas a Perlora. Algunos quisieron criminalizar por ese hecho a las mujeres de Barredos. Me tocó cubrir esa delicada información con el pueblo en armas y a los pocos días recibí en la redacción un ramo de rosas rojas con una cariñosa dedicatoria de Maricusa, que tal vez recuerde.
