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Nueces de California

Jaque mate

La ingobernabilidad de España, vista desde Francia

Definitivamente van a tener razón aquellos que utilizan la ley Campoamor con la que se suele decir a alguien que ha hecho una interpretación interesada de algo. Se basa en la conocida frase de un poema de nuestro paisano Ramón de Campoamor que dice: "En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira". Ocurre cuando uno hace unos pocos kilómetros de distancia y cruza una frontera, y pierde contacto con las radios españolas y empiezan a emitir las radios de otros lares no tan metidas en nuestros problemas como nosotros. Me ocurrió el pasado fin de semana cuando de camino a Burdeos la radio francesa France Info anunciaba que España carecía de gobierno y que, tras haberse reunido con el Monarca, el actual presidente en funciones -Maguianó Jajoy- emitía unas declaraciones según las cuales había renunciado a formar gobierno, dado que no tenía mayoría y todo el mundo estaba contra él. ¡Pobre Maguianó!

En el país inventor de Calimero, cuando esto ocurre las radios intentan ponerse en contacto con analistas políticos franceses especialistas en el tema. La entrevista fue muy interesante y hablaron con uno de los autores del libro que acaba de aparecer: "L'Espagne en crise(s). Une géopolitique au XXIe siècle", de Nacima Baron y Barbara Loyer, de la editorial Armand Colin ("Armando Merluza"). Cuentan los autores de este libro que la crisis económica profunda que vivimos desde 2008 ha revelado las debilidades del sistema creado en la transición después de la dictadura franquista, y que la falta de las reformas necesarias para cambiar el modelo de desarrollo económico, así como el descenso demográfico, fragilizan la estructura de un poder vacilante y desacreditado por la corrupción y la opinión pública. Los movimientos de los indignados, la exacerbación independentista y la emergencia de nuevos partidos políticos pintan una España como un territorio fragmentado y socialmente fracturado. Cuarenta años después de la transición democrática estos autores anuncian que, debido al descrédito de la clase política e incluso de la monarquía, nuestro país puede estar entrando en una nueva fase muy importante de su historia. En la entrevista radiofónica dejaron claro que las luchas políticas por el poder no llegan en el mejor momento, porque España sigue inmersa en una crisis de dimensiones importantes, aunque algunos descriptores macroeconómicos hayan mejorado. Para los comentaristas franceses un país sin gobierno o con gobierno interino no es una situación deseable, ni para España, ni para Europa. También analizan dichos autores la fragilidad de los pactos, particularmente entre el PSOE y Podemos, al que describen como un partido de extrema izquierda populista.

Cuando oí este análisis, casi me doy la vuelta pensando ¿quién me mandaría a mí pasar la frontera? Ya pasó en su día con los atentados de Atocha, allí se decía una cosa y aquí otra. Puro "Matrix" informativo. Es verdad que es sólo la opinión de dos expertos sobre la situación española, pero en cualquier caso llama la atención cómo ven la ingobernabilidad de nuestro país. Al mismo tiempo, en el foro de Davos el ministro (socialista) francés de Economía y tecnócrata, Emmanuel Macron, criticaba la medida de las 35 horas, afirmando que en Francia es necesario que los trabajadores puedan trabajar más sin cobrar más. Parece que los sindicatos podrían incluso aceptar esta medida. ¡La situación se pone rusa, como dicen en Brasil! Macron, diplomado por el Instituto de Estudios Políticos de París (HEC) y por la Escuela Nacional de Administración (ENA), afirmaba además en una mesa redonda que "la reforma laboral que hizo España posee pleno sentido en Francia". ¿Se pueden imaginar el revuelo que estas declaraciones han hecho en el país vecino?, más viniendo de un ministro del gobierno socialista. Le Pen se frota las manos. Sólo Joseph Stiglitz, premio Nobel en economía en 2001, aplicando el sentido común afirmó que "no se puede cantar victoria por bajar la tasa de paro del 25% al 22%, y que una economía que tiene un paro así y una tasa de desempleo juvenil del 50% está en depresión". Yo no soy economista, pero estoy completamente de acuerdo, pues es una verdad de Perogrullo. A veces los analistas de datos macroeconómicos parecen idiotas. Stiglitz es uno de los economistas más citados a nivel mundial, y es defensor del nuevo keynesianismo, teoría económica que surgió como respuesta a la gran depresión de 1929 y que propone el estímulo de la economía en épocas de crisis, es decir, lo contrario de lo que se ha hecho hasta ahora. Stiglitz relaciona la falta del pleno empleo con inercias en precios y salarios y "demuestra" que las políticas de estabilización e intervención, fiscales y monetarias por parte de los gobiernos y bancos centrales proporcionan resultados más eficientes que las políticas neoliberales de dejar hacer (laissez-faire).

Como ven, nadie se pone de acuerdo, y parece el mundo al revés. No obstante, está claro que si un sistema no posee grados de libertad, éste evolucionará a un estado vegetativo (véase el caso de Cuba o Venezuela), y también está claro que si no se pone ninguna restricción a la aplicación de políticas neoliberales, esto dará lugar a la adopción de soluciones espurias (véase como ejemplo la actual estafa económica mundial). Por eso siempre digo que soy liberal (que no neoliberal), pues creo en la optimización; y soy social (que no socialista), porque creo en las restricciones. Además creo que un elefante no cabe en un seiscientos.

En cualquier caso parece que a "Maguianó" le han echado un jaque mate, o se lo ha echado él mismo (pues es bien capaz), que le conducirá a retirarse de la política, porque no necesitamos un presidente apático y pusilánime. Quizás en el futuro intente volver como hace ahora "Sarkozy le petit", pidiendo perdón a los franceses en un libro e intentando al mismo tiempo forrarse. No creo que lo consiga. ¿Quién conserva hoy los libros de Aznar o de Zapatero? No hay dilema: ¡chimenea!

La partida de ajedrez ha comenzado y el desgobierno no puede durar mucho tiempo. Por el momento Pablo Iglesias ha sido el primero en mover varias piezas a la vez queriendo cambiar las reglas. Sánchez, Rivera o incluso algunos líderes emergentes del PP tienen que entrar en la partida. No hay tiempo que perder pues la prima de riesgo observa y ahora el ridículo es internacional. Celia Villalobos no podrá más jugar al Candy Crush.

Termino rindiéndole un homenaje al ajedrez cuyo origen es controvertido, aunque se cree que data del siglo III a. de C. en una región de la antigua Persia. El Islam ha iniciado una guerra contra el ajedrez en Arabia Saudí. Una de las máximas autoridades religiosas de este país lo considera una "obra de Satanás", como el alcohol, asegurando que el Islam lo prohíbe, porque es una pérdida tiempo, conduce al odio entre jugadores, impide asistir a las plegarias diarias y es una manera de ganar dinero sin merecerlo". Sin comentarios. Se ve que el ayatolá no conoce la política española y que nunca ha probado un Pessac-Léognan. Como decía uno de mis profesores: "cualquier cosa es igual a cualquier cosa más cualquier cosa". No perdamos el tiempo. ¡Auf Wiedersehen!

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