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Alberto Menéndez

Planificación imposible

El complicado sudoku en el que se ha convertido la política española imposibilita planificar estrategias a medio o largo plazo. Lo que manda es la inmediatez. Los partidos apenas ven más allá del día siguiente. Por supuesto que todos ellos harán cálculos sobre lo que más les podría beneficiar, pero de eso a que luego se cumplan sus previsiones hay un largo y dificultoso trecho. En las actuales circunstancias, por lo tanto, llevar a cabo una programación seria y creíble por parte de cualquier formación es una quimera.

Lo que está en juego es la batalla de la opinión pública. Los intereses de los partidos están por encima de cualquier otro. Todos lo negarán, pero es la cruda realidad. ¿Cómo es posible que pasado un mes de las elecciones generales apenas haya habido reuniones serias -no sólo contactos superficiales- en busca de pactos que faciliten la gobernabilidad del país? Pues porque ningún grupo está dispuesto a ceder en sus planteamientos para facilitar algún tipo de entendimiento.

Además, todo vale, y por eso nadie se fía de nadie. Ejemplos de falta de sinceridad hay a cientos por parte de todos los partidos con representación parlamentaria. Se puede escoger uno de ellos al azar: Pablo Iglesias, de Podemos, dijo en repetidas ocasiones en la campaña electoral que él no formaría parte de ningún Gobierno en el que no fuera presidente, y que eso sólo sería posible si su partido ganaba los comicios o, como mínimo, quedaba por delante del PSOE. Pues ni una cosa ni otra. Sin embargo, el pasado viernes, el líder de la formación morada, tras entrevistarse con el Rey, se propuso como vicepresidente de un futuro Ejecutivo de progreso presidido por el socialista Pedro Sánchez. Y lo hizo así, sin más, sin hablar de programas, de objetivos.

Tendrá que llegar un momento en que los partidos decidan clarificar posturas en lugar de seguir confundiendo a los ciudadanos con golpes de efecto. ¿O no? Si nos atenemos al ejemplo asturiano, al laboratorio que es la Junta General del Principado, pues sería que no. Pero todavía falta tiempo para conocer si alguien completa o no el sudoku.

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