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Fernando Granda

Esperanza Aguirre, nuevo pase a la reserva

La ¿repentina? dimisión de Esperanza Aguirre como presidenta del PP de Madrid parece un nuevo pase a la reserva. No ha dicho nada de retirarse de la política o de la política activa como insinuó en septiembre de 2012. En el golpe de efecto de esa primera retirada señaló que estaría un tiempo al frente del partido hasta que se celebrase un congreso. Aquel 17 de septiembre de hace tres años y medio, dejó la presidencia de la autonomía y su escaño en la Asamblea de Madrid. Ahora abandona la presidencia de la formación en la jurisdicción madrileña, que había prometido realizar en el futuro cónclave regional. Lo hace a pocas semanas de que se celebre éste, en el que el hecho no tendría más relevancia que un cambio de turno.

Su marcha tiene varias lecturas aunque en el hotel de los líos populares se dé a entender que es por responsabilidad, como ella ha repetido en su urgente conferencia de prensa dominical y en la hora del aperitivo. Si la pasada semana el juez envió a la policía judicial a escudriñar la sede provincial de la calle Génova y de allí salieron nuevos investigados, unas fechas antes uno de los cabecillas de la trama Púnica, Javier Marjaliza, comenzó a soltar lastre y decidió colaborar con la Justicia a cambio de beneficios penitenciarios. Y un mes antes de este revuelo parece que había dimitido casi en secreto su mano derecha en el partido, sucesor en el cargo presidencial de la Comunidad y secretario general de la formación en Madrid, Ignacio González, también investigado por presunta corrupción.

Además, en el PP de la capital el nerviosismo era notorio y el malestar con la dirección nacional alcanzaba cotas importantes ante el deterioro ocasionado con la protección de la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que desgastaba también la credibilidad de la formación madrileña pues sigue siendo la más importante de las regionales, siempre es la cabecera en las listas electorales nacionales y la más cercana al poder de la Moncloa.

El partido, con estas dimisiones, queda en manos de varios vicesecretarios, parece que sin ningún rango prioritario entre ellos, y presumiblemente abocado a la creación de una gestora que lleve las riendas hasta el congreso primaveral. Una situación desconcertante para los afiliados que han de esperar una regeneración total de los mandos y directivos. Si Aguirre recalcó el domingo que dimite por responsabilidad ante las investigaciones que se llevan a cabo del partido "preferido por los madrileños", el dimitido secretario González argumenta que esa preferencia del electorado permitió desarrollar un trabajo que coloca a la región como la más importante de España y también con gran importancia en Europa.

Con estos mimbres las especulaciones apuntan a que tras la "limpieza" obligada del partido en próximas fechas, con el ejemplo ante Rajoy de su dimisión -en estos tiempos de negociaciones para constituir nuevo gobierno con una formación acosada por las investigaciones judiciales-, Aguirre se retira a sus aposentos de invierno con la intención de proteger su presumible responsabilidad, acrecentar su credibilidad ante los militantes y preparar su estrategia para resurgir como personalidad responsable y salvadora ante la deriva del partido. Sus apariciones públicas en momentos oportunos siempre le han dado una gran fuerza política ante las tendencias conservadoras. Su tribuna en los algunos medios sigue teniendo relevancia.

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