Hace unos días, justamente el 18 de mayo pasado, cumplía 93 años un gijonés ilustre, Miguel Ángel Fanjul Calleja, al que el Sporting acaba de agasajar como uno de sus socios más veteranos, con ocho décadas de intachable militancia rojiblanca, más frecuente en alegrías que en sinsabores. Cuando arranca el buen tiempo se puede ver cada tarde a Fanjul en la terraza del Club de Regatas en la calle Corrida, perpetuando con otros una histórica tertulia que capitaneó, durante años, el inolvidable Juan Ramón Pérez Las Clotas, maestro de grandes escribientes y de gijoneses bienhablados. De Fanjul, que dibuja bocanadas de humo nonagenario con la arquitectura de un imponente habano, me dijo una vez Ladis, hace años, "si alguna vez tienes alguna duda sobre las familias históricas de Gijón, o sobre sucedidos locales de toda la vida, pregunta a Miguel, que sabe quién vino a sustituir en el Sporting a un gaditano que se llamaba Camilo Liz y que recuerda hasta en qué verano perdió la dentadura en la pista del Náutico el cantante Gianni Ales". Es Miguel Fanjul memoria viva de Gijón, contable de lo que de Gijón se puede contar.
