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Profesor de Matemática Aplicada de la Universidad

El oficio más bonito del mundo

La enseñanza, demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos o de profesores mediocres

Últimamente los que me conocen bien y me aprecian no paran de decirme que se me ve contento, y la verdad sea dicha, que lo estoy. Son muchas las razones que confluyen para que esto ocurra, la primera es que creo que mi mujer y yo, en segundo término, hemos triunfado como padres, y ésa es una razón para estar feliz. Puedo afirmar con incertidumbre cero que tengo tres hijos maravillosos, de los cuales me siento cada día más orgulloso y que me han ayudado a comprender cuánto se quiere a los padres. También estoy contento porque mi padre, al que quiero y respeto, después de unos años difíciles tras la muerte de mi madre, pudiese rehacer su vida con una persona maravillosa: amor en la tercera edad. ¡Qué pena me dan los jóvenes desquiciados!, me apetece presentarles a mis hijos, o a mi padre, o a mi perra, que es pura felicidad. La última razón es mi trabajo, y la gente con la que me he rodeado, cosa difícil en un tiempo donde abundan los Judas, y los procastinadores (aquellos que escurren el bulto) se "clusterizan", como esas pelusas que uno no sabe dónde están, escondidas bajo el sofá, hasta que un día se despiertan y por electrostática se juntan y trepan por las esquinas. Quizá sea que acabo de cumplir años y me apetece ser feliz.

Como se dice en USA, "I have to tell you something, guys: I have the most beautiful job" ("Tengo que deciros una cosa, muchachos, tengo el trabajo más bonito del mundo"): el de profesor. Cada vez que recibo el cariño y el respeto de mis alumnos, entonces se me llena la pila. Puedo decirles que me ocurre a menudo. No hay trabajo más bonito que te paguen por aprender, por digerir, por enseñar, por ser cohete lanzadera, y ver cómo despegan como sputniks, y saber que has contribuido a rellenar el depósito de la gasolina. Además, en el tiempo que nos queda libre de tareas docentes, los profesores podemos soñar e investigar en aquello que nos apetezca. Nadie te puede decir "esto no lo estudies, esto no lo entiendas, esto no lo intentes resolver". Muchas veces todavía veo a compañeros que predican que uno es aquello que ha estudiado. Con perdón, creo que están desfasados pi medios, como el seno del coseno. Nadie es simplemente lo que estudia, ¡qué cosa más simplista!, pues uno es estrictamente aquello que sueña. Obviamente, luego hay que poner los medios para que eso ocurra y se haga realidad. Los caminos deben estar abiertos entre disciplinas. Ya no se puede responder a una persona altamente educada, Es que Ud. no posee tal diploma. Eso no puede ser, no podemos seguir alimentando una universidad tan cerrada sobre sí misma en aburridos guetos. No lo podemos permitir porque somos un ente público que debería facilitar que los estudiantes se formen en otros terrenos. No se trata de regalar nada, que para eso ya está el aprobado por compensación, que es una vergüenza, las alcantarillas de la Universidad; se trata de generar pasión y abrir puertas a la inteligencia. Hay siempre demasiadas trabas, demasiadas reglas desfasadas, y profesionales que no saben por dónde va el mundo. No saben que hoy los alumnos pueden aprender con los cursos gratuitos de las grandes universidades, MIT, Berkeley, Stanford, Purdue, Harvard, Caltech, Carnegie Melon, Princeton, UCLA, Columbia, John Hopkins, Yale, Pensilvania, Duke... ¿Sigo? En USA no sólo eres lo que estudias, sino lo que quieres ser. Yo hoy, por ejemplo, he elegido ser mariposa y desplegar mis alitas de colores. Sólo algunos siguen creyendo que existe el fin de la Tierra, y que ésta es plana. Internet ha conectado el mundo, y eso exige que los profesores estén a un nivel que nunca se conoció con anterioridad, dado que es muy fácil comparar con lo que existe alrededor, e incluso a muchos kilómetros de distancia. La métrica ha cambiado, acercándonos a personas que tienen nuestra misma sensibilidad y que antes nunca hubiésemos conocido. También nos permite enjuiciar de modo más equilibrado lo que tenemos al lado, e incluso llegar a la conclusión de que no nos gusta nada de nada.

En uno de mis artículos decía que no entendía que hubiese profesores universitarios a los que no les gustase investigar, y que se habían equivocado de profesión. Hoy voy a matizar esa frase y voy a ir más lejos: creo que sin investigar no se puede ser un buen docente, pues hay toda una investigación enfocada a la docencia. La innovación docente no sólo consiste en aplicar nuevas tecnologías pedagógicas, de las cuales dudo, sino en estar al día de lo que se mueve por el mundo. Periódicamente se habla de nuevas titulaciones y surgen los visionarios. Es muy sencillo, aunque no interese reconocerlo: hay dos titulaciones que son presente y poseen un gran futuro. Ambas poseen muchas matemáticas. Éstas son "Computer Science", que es una mezcla de matemáticas, métodos avanzados de computación, inteligencia artificial, robótica, etc. La segunda es ingeniería biomédica, que es un híbrido entre la ingeniería, la biología, la bioquímica y la medicina. ¿Por qué ambas?, ¿porque lo digo yo? No, la razón es independiente de quien lo diga y de sus posibles intelectuales, que no departamentales. ¿Quién desconoce hoy la palabra big data y sus aplicaciones en medicina, finanzas, marketing, gestión...? Estamos rodeados de datos y aquellos que extraigan la información, siempre tendrán trabajo, pues la información es poder. En cuanto a la biomedicina, sólo hay que ver que los grandes avances, después de los antibióticos, han venido de la imagen física o de la genómica. ¿Ahora entienden por qué los médicos tienen que estudiar matemáticas y física para saber lo que es un PET? No se preocupen, que no es nada escatológico.

En fin, tenemos el oficio más bonito del mundo, aunque el consejero de Educación lo desconozca y lance ironías impropias de su rango. Sr. Consejero, tiene usted el cargo más importante del PP AA, un arma cargada de futuro. Trate, pues, bien a los profesores y a los maestros, cambie el sistema de promoción a cátedra en institutos, basado principalmente en dejar pasar el tiempo, y oiga a los universitarios, dótenos de medios, y exija resultados, ¡por supuesto!, porque para eso paga, y usted lucirá si lo hacemos nosotros, ni más ni menos. Además, esto es una prioridad, porque la plantilla en diez años se jubila en masa, y darán clase mis amigos los bedeles, algunos muy preparados, por cierto. Podrían ser consejeros. ¡Y ya no tendremos que actualizarnos en las empresas, vendrán ellas a nosotros! "Oh my God!" Sin comentarios... Una cosa es facilitar la conexión y otra declararse masoquista. El nivel de la Universidad está en términos generales muy por encima de su entorno, tanto, tanto, tanto, que no se aprovecha. Ser humilde no significa ser tonto. Un día hablaré del Ibex y la excelencia.

Sr. Consejero, ¡es tan difícil que a uno le llamen maestro! Yo sé que usted lo sabe, porque posiblemente nunca se lo hayan llamado. Para darle una idea, a mí la última vez que esto me ocurrió fue en Las Ventas, y tenía delante un morlaco de 650 kilos. Usted tendrá al Rector, que "c'est un gars sympa!", que aparece a menudo sonriendo. Yo tuve suerte, me desperté a tiempo, pero ya había mojado la cama.

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