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Oncólogo del Hospital San Agustín

Cuánto quiere saber acerca de su cáncer

La relación entre oncólogos y pacientes

Es su primera consulta con el oncólogo y probablemente está pensando en qué es lo que le van a contar. Le acaban de diagnosticar un tumor (puede ser una mancha en un pulmón, un nódulo en un pecho, una úlcera en el intestino...) que además está extendido a otros lugares como el hueso o el hígado. Le han hecho pruebas (radiografías, escáneres, resonancias, endoscopias, biopsias) con resultados de los que apenas entiende las palabras. Probablemente su médico de cabecera, o el especialista que le pidió las pruebas, le ha dado la mala noticia en su consulta (o le ha llamado por teléfono): tiene usted cáncer.

El oncólogo está ahí para ayudarle. Queremos comentarle la enfermedad que le han diagnosticado, qué es y cuáles son las opciones de tratamiento. Nos gustaría explicarle cómo van a ser las próximas semanas de su vida mientras actuamos con los tratamientos de los que disponemos para controlar la evolución de la enfermedad en su cuerpo, aunque esto en ocasiones sea solo de manera temporal. Estamos aquí para responder a todas las preguntas que tenga.

Sin embargo, uno de los mayores problemas que nos encontramos los oncólogos es que la mayoría de las veces desconocemos qué es lo que nuestros pacientes quieren saber acerca de su enfermedad y su evolución. Incluso aunque les preguntemos.

A pesar de todas las noticias que se publican en la prensa sobre avances, descubrimientos y nuevos tratamientos en la lucha contra el cáncer, aún no existe cura para la mayoría de los tumores que se encuentran diseminados a otros órganos del cuerpo.

¿Cuánto quiere usted saber? Hay mucho sobre lo que hablar. Probablemente hace unos meses se encontraba usted bien y ahora recibe la noticia de que tiene una enfermedad incurable con una expectativa corta de vida. Probablemente sea la peor noticia que le han dado nunca. Quizás el año que viene son sus bodas de plata y sus hijos aún no saben que usted está enfermo... Hay muchas cosas que querría hacer y ahora no sabe si tendrá tiempo para poder llevarlas a cabo.

¿Qué podemos hacer para ayudarle? Como especialistas en cáncer conocemos las cifras y los datos que las estadísticas nos aportan sobre su enfermedad: supervivencia media, probabilidad de estar vivo a los 10 años, probabilidad de que los tratamientos funcionen y durante cuánto tiempo. Somos capaces de poner esta información en contexto, ajustándola a su situación particular, y tener en cuenta que estos datos provienen de grandes grupos de pacientes y podrían no ser aplicables a su caso en particular. Cuando hablamos de manera general, con frases como puede ser eficaz, la mayor parte del tiempo o algunos pacientes, lo hacemos porque cada persona es única y especial, y su enfermedad puede comportarse de manera diferente a como lo hace en otros pacientes con el mismo diagnóstico.

Pero si no quiere conocer los datos de su enfermedad no hay problema. Nunca le vamos a contar nada que usted no quiera saber. Lo que no queremos que suceda es que se quede sin poder plantear las preguntas o dudas que tenga. Es nuestra obligación tratar de resolver esas cuestiones siempre que sea posible.

Trataremos de evitar que llegue un día en que nos diga que no tuvo tiempo para arreglar sus asuntos por no haber podido hablar sobre su futuro. O que su familia nos pregunte por qué no les avisamos de la gravedad de la situación. Lo que queremos es darle tiempo; que la enfermedad no cumpla su misión o, por lo menos, que lo haga lo más tarde posible. Mientras tanto hay muchas cosas que tiene que poder hacer, poner sus cosas en orden.

Habitualmente no sabemos qué es lo que necesita oír. El diagnóstico de un cáncer le deja bloqueado y puede ser difícil procesar toda la información. Le miramos a la cara y tratamos de conectar con usted, conocer sus emociones, y lo primero que uno tiene es miedo. Pero también tristeza, lamento, incredulidad y desesperación. Sin embargo estamos aquí para aportar esperanza. El diagnóstico de la enfermedad no es el final. Es el inicio de un camino que tiene sus altibajos, y debemos centrarnos en las cosas positivas. Porque sabemos que lo que usted va a poner en nuestras manos es su bien más preciado, su salud. Y para ayudarle de la mejor manera posible debemos crear una relación de confianza basada en la verdad, tratada con honestidad y esperanza en que las cosas pueden ir bien.

Sin embargo, aceptamos que somos los transmisores de malas noticias. Tragedias que afectarán a familias enteras: hijos que perderán a un padre o una madre, esposos que quedarán solos... Es injusto y no lo podemos evitar. Desearíamos poder tener mejores tratamientos que ofrecieran una curación segura, pero en muchos casos va a ser imposible. Y eso también nos afecta a los profesionales, aunque esto no va a ser consuelo para usted.

Por eso, cuando llegue a la consulta con su oncólogo, dígale cuánto quiere saber acerca de su cáncer.

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