Se cumple un año de mandato municipal y la res pública local sigue como hace doce meses: Moriyón gobernando en minoría, haciendo malabares para contentar a la concurrencia, y PSOE y Podemos a la greña, reproduciendo en el tablero gijonés las mismas jugadas que en la partida que ambas formaciones disputan a nivel nacional, aun con distintos peones. Si alguna vez alguien intuyó un asomo de acuerdo de un tripartito a la ovetense en Gijón, la idea se le esfumó en diez segundos de la cabeza. En la izquierda gijonesa perviven aún hoy viejos odios intestinos que no logran serenarse ni aun cuando existe el interés común de desbancar al enemigo que ocupa el sillón consistorial. Quien albergara también la tentación de pensar que sobre la cabeza de la Alcaldesa pende una espada sujeta a una crin de caballo se equivocó de pleno: la cuerda floja por la que camina Foro en Gijón tiene anchura de autopista, por obra y gracia de una izquierda irreconciliable.
