El más interesante comentario sobre el bréxit de los muchos que he leído -quizás el más importante- lo he leído en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA, el sábado 25. Lo firma un xixonés, David Guardado. "¿De dónde dices que nos vamos?", se titula. Y en él informa de que las búsquedas en Google cambiaron de sentido a medida que se iban conociendo los resultados. Mientras hasta entonces los ciudadanos habían indagado preferentemente sobre cómo ejercer el voto o los lugares dónde hacerlo, a partir de ese momento, en un corto espacio de tiempo se triplicó el "¿qué pasa si nos vamos de la UE?". Y a medida que avanzaba la noche se disparaban dos búsquedas que Guardado califica con precisión sarcástica de "sorprendentes": "¿qué es el bréxit?" y "¿qué es la Unión Europea?".
En realidad, esos datos nos vinieron dados, de otra forma, por las reacciones ante el referéndum. El viernes, al día siguiente de la consulta, un millón de ciudadanos de la Gran Bretaña pedían la repetición de la misma; el sábado, dos millones; el domingo, tres.
No necesitan ustedes mayores precisiones. No hablaré de Cameron ni de Nigel Farage, quien admitió que sus cuentas para pedir la salida de la UE eran un cuento. Tampoco comentaré nada de las diversas opiniones existentes sobre el grado de "democraticidad" real de los referendos, algunas de ellas muy negativas.
Simplemente, y a propósito de los datos que Guardado extrae del Gran Ojo y nos comunica, les recuerdo dos opiniones de Winston Churchill sobre la democracia. La primera es la conocida por todo el mundo: "Muchas formas de gobierno han sido probadas y serán probadas en este mundo de pecado y dolor. Nadie pretende que la democracia sea perfecta o infinitamente justa. De hecho, se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno con excepción de todas aquellas otras formas que han sido probadas de tanto en tanto". La segunda es más irónica, y un puntín cínica (o realista, según se mire): "Lo bueno de la democracia es que le da a cada votante la oportunidad de hacer algo estúpido".
He dicho que no iba a hablar sobre los referendos. Lo haré, sin embargo -ya dice mi trasgu particular, Abrilgüeyu, que soy incapaz de callarme cuando tengo algo en papu-: ¿Cuál creen ustedes que habría sido el resultado de una consulta popular en Gran Bretaña -ya que por este territorio andamos y a Churchill hemos bajado de la memoria- sobre la declaración de guerra a la Alemania Nazi tras la invasión por esta de Polonia?
Es una invitación a reflexionar sobre la democracia directa y los referendos.
