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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Nos falta un verano

Camino de consumirse la primera semana del mes de julio, ya podemos confirmar que a Gijón le falta un verano: éste, el de 2016, en el que llueve sobre mojado, para escarnio de la cuenta de explotación del sector turístico local y beneficio de los comercios expendedores de paraguas y plásticos chubasqueros. De paseo por el Muro, esquivando el aguacero, los fieles de la ruta marítima que bordea el océano desde la iglesia de San Lorenzo hasta El Rinconín son abordados estos días, recién metida la mañana, por becarias de las emisoras locales de radio que, alcachofa en mano, cazan al viandante al vuelo y le calzan la pregunta del verano: "¿Qué le parece el tiempo que hace en Gijón?".

Respondes todo lo educadamente que te permite el chaparrón, que tú también fuiste -de eso hace casi un siglo- estudiante de Periodismo en prácticas. Y dices que sí, que para disfrutar en Asturias de un verde vicioso tiene que caer agua a manta, que nunca llueve a gusto de todos y que hay innumerables lugares que visitar en Gijón a resguardo, más allá del imposible estos días de alquilar una tumbona a beneficio de la Cocina Económica en San Lorenzo o tumbarse a la parrilla -qué utopía- vuelta y vuelta en el Tostaderu. Que la ocasión es óptima para visitar los museos de la ciudad, ésos desconocidos para el gran público más allá de la Agenda del periódico. O que se puede conducir a los niños, bajo el paraguas, al recorrido por las tripas de El Molinón, donde descansa, en trofeos e imágenes, la historia del Sporting... Lo cierto es que nos falta un verano. Y si no viene el sol vamos a volvernos locos.

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