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Nueces de California

Muerte de un filósofo

Sombras y luces en la historia del saber

Et nous ferons de chaque jour, toute une éternité d'amour.

("Le métèque", G. Moustaki).

¿Se imaginan la escena? Wert entra en el despacho de Mariano en la Moncloa, que está ojeando un libro de inglés, porque tiene la semana que viene una reunión con Angela y François, y sabe que la Merkel es políglota y que Hollande hace lo que puede en inglés, como la mayor parte de los franceses, que hablan como ranas. Mariano es pertinaz y, pese a sus limitaciones fonéticas que le vienen de nacimiento, quiere imitar al gran ideólogo de la fundación FAES, ese chiringuito en el cual se diseñan las políticas que cambiarán el mundo? para peor. El día que Mariano vio como José Mari "Ansar" en el rancho tejano de George, con los pies encima de la mesa, fue capaz de hablar en un perfecto castellano con acento gringo, se sintió celoso, y decidió enrolarse en la Escuela Oficial de Idiomas, gran organización si tuviese los medios de escucha y locución adecuados, lo cual no es siempre el caso. Pero a Rajoy le da igual que el que hable sea tartaja, él solo quiere poder decir "Hi", para luego sonreír y decir "Me no comprender nothing", negando dos veces como suele ser el caso. En fin, Mariano cree que ser gallego es un "hándicap" cuando uno pretende aprender inglés. ¿O realmente no quiere? Los gallegos siempre dudando. Y así no sólo pasan las legislaturas, sino que todos van pasando.

En ese momento entra José Ignacio cuando Mariano con un post-it de color rosa fosforito en la mano estaba resaltando algunas frases de la primera lección, "Nice-to meet-you". José Ignacio le dice contento: "Ya lo tengo". ¿El qué, le pregunta MR? La reforma educativa. Vamos a hacer que éste sea un gran país, nos vamos a cargar la filosofía y vamos a poner la religión en el lugar que se merece, a la altura de la física cuántica o de la teoría de cuerdas, que nadie las comprende. Y Mariano, que en realidad es un filósofo del pueblo, un gran "VolksDenker", duda, como siempre, luego existe, y se lo explica a Wert.

¿Les parece verosímil? Pues podría ser, porque el PP se ha cargado la filosofía. Porque, ¿para qué sirve el amor al conocimiento en una economía de mercado sin mercado? Para nada. Que los niños crean que Sócrates es una marca de espárragos, que Platón era un fulano que se comía el cachopo de dos metros, o que Aristóteles es el gato de la directora del "insti", eso es guay, del Paraguay. Y al mismo tiempo enseñémosles a los niños el Principio de No Unicidad, que consiste en que Dios, Cristo y el Espíritu Santo, que tiene pinta de pájaro, son iguales entre sí, y que por lo tanto es único. Ganamos así unicidad, y de cabeza al doble grado de Mates y Física. Esa es la filosofía de la Trinidad, que entrará en reválida, y punto final.

La muerte de la filosofía es una mala noticia para nuestro país. Sócrates es la figura principal del pensamiento occidental. Fue un sabio que decidió dedicarse a la noble tarea de enseñar y que no quiso escribir sus pensamientos porque consideraba que todo el mundo debía desarrollar los suyos. "Yo solo sé que no se nada", decía. Sócrates encarna la muerte de un filósofo, dado que fue juzgado y condenado por sus conciudadanos, acusado de despreciar a los dioses y corromper a la juventud. Si el Obispo Cañizares hubiese estado presente, seguro que habría encendido la hoguera. Porque Antonio Cañizares, que no mide más de 1,58 y lleva una capa roja de más de cuatro metros, no tiene un centímetro de su cuerpo que no esté lleno de odio, advirtiendo al mismo tiempo del poder del imperio gay (seguro que pasó vacaciones en Castro), y preguntándose si todos los refugiados son trigo limpio. ¿Pero qué Biblia ha leído este señor, por llamarlo algo? ¿Cómo se puede criticar de ese modo la homosexualidad, sin decir una palabra sobre los casos masivos de pederastia dentro de la iglesia? ¿Cómo los fieles pueden aguantar tales barbaridades? ¿También creen que Sócrates es una marca de espárragos?

Vuelvo a Sócrates, maestro de maestros: su búsqueda de la verdad mediante la indagación y el diálogo es muy necesaria en este preciso momento en nuestro país. Dicen que su mayor mérito fue crear la mayéutica, método mediante el cual conducía a sus alumnos a la resolución de problemas mediante hábiles preguntas, que como un foco iluminaban el entendimiento y conducían a la resolución. El maestro como sugeridor del camino. El alumno como cobaya y al mismo tiempo ejecutor. Su método estuvo condicionado por el simple hecho de que su madre fue comadrona, y él quiso ayudar a traer al mundo definiciones universales. Seguro que en esa época Sócrates no estaba presionado por los créditos, ni por el bajo rendimiento de sus alumnos. ¿Se imaginan a Platón aprobando con Sócrates por compensación? Debemos restaurar la relación entre el estudiante, el maestro y el aprendizaje, y el aprobado por compensación debe suprimirse porque es contrario a toda manera lógica de enseñar y de aprender. Señor Rector, apunte, ya tiene un molino contra el que luchar. ¿Se atreve? Si no lo hace usted, lo hará el que venga. Esto se llama órdago a la grande sin envidar a la chica, llevando unos buenos pares y un solomillo.

Es su condición de insobornable lo que le lleva a ser acusado por el poder, tras haber advertido sobre el papel supersticioso y manipulador de la religión. La tragedia culmina obligándole a ingerir una copa de cicuta. Los mediocres lo hicieron famoso. Platón se salvó, quizás por su mal humor, y Aristóteles tuvo que huir a su tierra natal de Macedonia, y allí murió de desilusión. Hay un antes y un después de Sócrates, sombras y luces en la historia del saber. Más tarde llegaron otros grandes científicos que lo perpetuaron, aunque estuviesen amenazados de arder en la hoguera.

Brassens decía: "En mi pueblo sin pretensión, tengo mala reputación". Oigan la gran versión de Paco Ibáñez, y enséñensela a sus hijos, y así Sócrates, Platón y Aristóteles habrán entrado de nuevo en sus casas, aunque Wert, "avec sa gueule de métèque", haya intentado birlarnos el curso de la historia. "Todos, tras de mí a correr, salvo los cojos, es de creer. No a la gente no gusta que, uno tenga su propia fe. Todos, todos me miran mal, salvo los ciegos, es natural". Renacerá la canción protesta, y sino al tiempo. ¿Saben por qué? Porque en el mundo no hay mayor pecado que no seguir al abanderado. ¡Vive la philosophie! ¡Vive les penseurs! Vive Brassens, vive Prévert, y Brel, y Moustaki, y Gainsbourg, y Camus, y Baudelaire, y Sartre, y otros tantos. ¿Cómo odiar la francophonie? Esa es la respuesta que dio Jorge Semprún, un gran ministro de Cultura e intelectual, a un periodista que le preguntó sobre sus años pasados en los campos de concentración alemanes. Semprún inteligentemente respondió que para él Alemania eran los filósofos de los que aprendió mientras estaba recluido. Por eso y por muchas más razones yo también amo todo lo que me ha aportado la cultura americana: ¿Who cares? Sólo los hipócritas niegan nuestra participación en la guerra de Irak y los millones de muertos. La historia no perdona a los imbéciles.

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