La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cien líneas

Vaquero

La Medalla de Oro que hoy le entrega el Principado al periodista José Manuel Vaquero la vivimos como propia quienes hacemos el periódico a diario y sin duda también otros muchos asturianos porque un medio de comunicación establece unas relaciones extremadamente fuertes y positivas en la comunidad a la que sirve.

Vaquero, capitán de LA NUEVA ESPAÑA desde los tiempos de las linotipias de maricastaña, a veces sargento y casi siempre general, supo enlazar con la tradición abierta, propia de esta casa y la llevó a sus extremos más positivos, convirtiendo al rotativo con el nombre más hermoso del planeta en un templo libre donde absolutamente todo el mundo -repito, absolutamente todo el mundo- tuvo y tiene espacio en sus páginas, ha podido y puede decir lo que le da la gana y ha logrado y logra leer un cosmos de informaciones con los enfoques y matices necesarios.

Hasta tal punto es así que en Asturias no se mueve ni siquiera una hoja sin que su gesto inocente y casual no se vea reflejado, negro sobre blanco, con objetividad y generosidad. Y, por las mismas, ay del que saque los pies del tiesto porque le pueden caer encima todas las que merece y exigen los lectores.

Tal es la gloria de LA NUEVA ESPAÑA, un diario liberal en las formas y progresista en los sentimientos y ese es el mérito superlativo de José Manuel Vaquero, rara mezcla de impulso y equilibro, que se ve coronado a diario en los quioscos y hoy en las instituciones que a todos nos representan.

Le felicito, les felicito a todos ustedes, amables lectores y, claro, me felicito.

Compartir el artículo

stats