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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Desarenar y desengrasar

Si ahora resulta que el desarenado y el desgrasado supone una parte ínfima de la depuración de las aguas residuales de la zona Este de Gijón, ¿merece la pena el alboroto y el desembolso de dos millones de euros en una operación que tiene más que ver con el mantenimiento en buen estado de las instalaciones que con la calidad de los vertidos que llegan al mar a través del emisario submarino de Peñarrubia? Seamos serios: si el problema grave lo conforman el estado de salud del emisario y la paralización de la depuradora de El Pisón por mandato judicial, donde hay que apretar los tornillos a las administraciones implicadas es en esas dos cuestiones. Lo otro, lo de desarenar y desengrasar, es pecata minuta y menudencia. Una menudencia, eso sí, un poco cara: entre uno y medio y dos millones y medio de euros. Unas perrillas, sin embargo, si se comparan con los 36 millones que se irán por el sumidero si los tribunales mantienen cerrada a cal y canto la nueva estación depuradora.

Puede que estemos participando todos en una ceremonia de la confusión, por desconocimiento o por intereses políticos y partidistas, que provoca desasosiego ciudadano. A ver si la gente se va a creer que por el emisario están saliendo toneladas de arena sucia e innumerable grasa...

La alarma saltará el día que haya una fuga importante en el dañado emisario o cuando la Justicia ordene dinamitar una obra que se hizo de mala manera, saltándose la normativa y contra los intereses de unos vecinos que ganaron todas las batallas judiciales. Recemos por que no pase ni una cosa ni la otra, pero por si las jaculatorias no alcanzan, resuelva cada cual su desaguisado.

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