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Clave de sol

Sánchez, el árbol caído

Los criterios de selección en el PSOE no han sido realistas

Confiesa este veterano periodista que siempre tuvo debilidad por los árboles caídos, acaso porque él mismo lo fue ocasionalmente en una agitada trayectoria profesional desde los convulsos años finales de la dictadura. Como ejemplo, aduzco anteriores comentarios sobre "nuestro Villa", tan apresuradamente abandonado por sus afines, cuando las cosas venían mal dadas, y de quien tendremos que volver a hablar.

Pero el abatimiento de más actualidad es hoy sin duda el del pobre Pedro Sánchez, que se veía venir. Del daño que su candidatura ha causado no sólo a su protagonista sino también al partido no se han repuesto aún unas siglas con tan larga historia en el necesario juego de las tendencias políticas.

Un partido que se ha perjudicado a sí mismo relegando a verdaderos pesos pesados como lo fueron, por no alargar la lista, Rubalcaba, Almunia o Borrell, quien ahora asoma la cabeza un poco tarde a mi modo de ver. En cambio, ciertas ambiciones han permitido el irresistible ascenso de líderes de cartón, caso desde luego del propio Sánchez, y, a nivel de conjetura, el de la andaluza Susana, que disfruta de un anticipado crédito aún sin revalidar.

Es complicado el panorama que se le presenta a nuestro Javier Fernández -que disfruta entre propios y ajenos de un aprecio general como el hombre equilibrado, acaso demasiado tranquilo- porque los acontecimientos y los personalismos han fragmentado las tendencias dentro de su formación.

Y aunque hay retornos y conversos al oficialismo -caso de Hernando, tan clamoroso-, el socialismo nacional parece hoy aún una jaula de grillos, con un Iceta que va por libre, los empecinados, como Luena, y aun algún amortizado, caso de Pachi López, que se postula desde la prensa nacional como arriesgada tercera vía entre Sánchez y Díaz.

La conclusión, no del todo provisional, es que el sistema de selección en Ferraz no ha sido ni eficaz ni realista. Lo que encima es posible que siga dando problemas con el caso Sánchez, ejemplo vivo de semejante fracaso que es malo para todos, a derecha e izquierda. Porque Sánchez no se rinde y quiere continuar en un pueril intento por recuperar sus posibilidades.

Escribo al principio que tengo debilidad por los árboles caídos. Y lo sostengo. A Pedro Sánchez le habían puesto en los labios la inmerecida miel de unas perspectivas que no tenía. Tendrá otras, sin duda tan relevantes, en el funcionariado por ejemplo.

Lo terrible es que el propio perjudicado cree que aún puede intentarlo, como dejó claro en la llorosa entrevista televisiva con Évole. Sus respuestas movían a sentir por este chico cierta ternura. El domingo avisaba de que se iba a USA ¡como para reforzar a Clinton!

No quisiera que este apresurado comentario fuera interpretado como un intento de poner en solfa personas, actitudes o proyectos más o menos vanos de recuperar la iniciativa. Pero las cosas son como son y el verdadero error ha consistido en no haber elegido a su tiempo la persona adecuada y mantener la antidemocrática obsesión del "no es no".

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