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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El tábano de Lugones

A Edouard Louis Joseph Merckx, el mejor ciclista de todos los tiempos, le apodaban "el Caníbal" por su voracidad de ganador insaciable, ya fuera en el llano o la montaña, con más de quinientas victorias en su haber y un palmarés incalculable. Tal era su ambición por llegar el primero a cualquier parte que esprintaba ante cualquier pancarta, fuera meta volante, fin de etapa, o cartelón reivindicativo del Partido Comunista.

Durante su reciente estancia en Gijón, el septuagenario corredor dio muestras de una memoria óptima y de un inmejorable paladar para el buen vino. Han pasado los años, pero el campeón belga mantiene una memoria infranqueable, hasta el punto de recordar que un 10 de mayo de 1977, en la trigésima primera edición del Tour de Romandía, fue derrotado en una contrarreloj de 3,1 kilómetros disputada en Friburgo, etapa prólogo de la carrera, por un canijo asturiano de apellidos Cima Prado y de nombre José Enrique.

Cima hizo el mejor tiempo ese día, seguido de Bruyere, Knudsen, Delisle y Merckx, que fue quinto, a tres segundos del ganador. El viernes, en la reunión de los exciclistas asturianos con este referente del deporte mundial, se lo recordaron, y al viejo ganador insaciable le contrarió el recordatorio: "Me ganó porque era poca distancia", respondió Merckx, que ese día fue derrotado por el asturiano, pero quedó por delante de Baronchelli, De Muynck, Van Impe y Zoetemelk.

Como se puede apreciar al cabo de los años, al gran Eddy no sólo se le atragantó un hueso asturiano como El Tarangu: también un tábano de Lugones.

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