La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Clave de sol

Un espontáneo sobre los latines

Entre la traducción y la interpretación

De mis lejanos recuerdos en el entonces Instituto Masculino ovetense, años cuarenta, espigo para este ligero comentario las clases de latín, seguramente con don Amador Juesas como severo profesor o acaso con don Nemesio Antuña, no de menos reciedumbre. En invierno hacía frío en el aula, paliado con una pequeña estufa de carbón situada cerca del profesor y de los privilegiados primeros bancos.

A los chavales de matrícula gratuita, entre los que venturosamente se contaba quien esto escribe, nos colocaban en la parte de atrás, según los criterios sociales propios del tiempo, y precisamente en la zona a la que del escaso calorcillo de la estufa sólo llegaba algo de carbonilla en el mejor de los casos.

Aquellas desigualdades no nos creaban ningún complejo por la sencilla razón de que las considerábamos como algo propio de la naturaleza. Telúrico digamos. Y porque además, en el caso que nos ocupa, tenían la ventaja de que permitían leer tebeos o jugar a los submarinos, opción preferente sin ninguna duda. Por supuesto, tras desarrollar las habilidades precisas para el disimulo ante una emergencia de repentina inspección profesoral. Don Amador tenía mal enfado.

Viene esto a cuento en relación con el escrito de Alberto Torga Llamedo publicado aquí el domingo sobre la fórmula de la consagración del vino en la misa católica que vuelve literalmente a su texto original. Torga escribe: "En el nuevo misal (?), en lugar de "por todos los hombres" pone "por muchos", sin más. La pregunta es: ¿no ha muerto Jesús por todos, hombres y mujeres?

Torga rastrea con erudición en el original arameo, "rabim", parece que indicativo aproximadamente de "muchedumbre", en el que no se encuentra esa significación limitativa que parece obviar su verdadera connotación universal en la intención de Jesús durante la Última Cena. La literalidad de las palabras, en efecto, no siempre se ajusta a su intencionalidad en el caso de las traducciones.

La asignatura del latín queda a quien esto escribe lejanísima en el tiempo y supongo que aquel curso fue justamente suspendida. Pero no está tan a desmano que impida añadir un espontáneo razonamiento personal desde el punto de vista de un profano en la materia.

Pienso que ese controvertido "muchos" supone, por la transcripción, una especie de ponderación sustantivada de "multitud" entendida como totalidad. Lo que se ajusta al original arameo. Y, por descontado, al verdadero espíritu de los cuatro Evangelios en su totalidad. En cualquier caso, doctores tiene la Iglesia.

Es ahora cuando este plumilla lamenta de veras aquellas transgresiones juveniles de los submarinos en clase. Surge en el fondo el razonable tópico de ¡qué razón tenía mi madre!... Y también, todo hay que decirlo, el severo don Amador Juesas con su ligera mano artificial.

Compartir el artículo

stats