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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Acciones para el cielo

La seguridad que tienen algunos de ganarse el paraíso y a quién van a encontrarse en ese lugar

El ochenta por ciento de los norteamericanos -ese pueblo tan conservador como santurrón e individualista- cree que irá al cielo, según revela una encuesta leída no sé dónde. Sin embargo, la mayoría de los encuestados piensa que en tan plácido lugar no va a encontrarse a ningún conocido. Lo cual supone o bien una insensata contradicción, o bien un baño apostólico de desmedida arrogancia. O lo que resulta más grave: que el estadounidense medio, tan seguro de la salvación de su alma, considera, sin embargo, que su madre, su mujer o sus hijos en vez de barro divino están hechos de la piel del diablo, indignos de acompañar al elegido en la "road movie" que conduce al cortejo fúnebre hasta el umbral del Edén.

Otra encuesta dada a conocer en su día por Cruz Roja certifica que la mitad de los niños de Etiopía pierde el ochenta por ciento de su peso en épocas de sequía y de terrible hambruna como las que frecuentemente asolan el Cuerno de África. Entre ambos ochenta por ciento emerge un océano de insalvable indiferencia.

Para ganar el paraíso resulta de obligado cumplimiento atenerse a ciertas recomendaciones del mandato divino. Entre las principales se cuenta la de dar de comer al hambriento. El Primer Mundo opulento ha interiorizado como verdad absoluta que el cielo se gana con unas monedas de limosna o con una partida presupuestaria destinada a la cooperación internacional tan delgada y exigua como el brazo de un niño etíope. Las acciones para el cielo no se consiguen en Bolsa; ni San Pedro es el lobo de Wall Street.

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