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La mar de Oviedo

¡Qué cirios!

Por un ovetense que se casaba con una piloñesa visité la Virgen de la Cueva, en Infiesto, en Ques, a la vera del Marea, que poco más allá desemboca en el Piloña y éste en el Sella y el Sella en la mar; con los siglos, el río en curva erosionó la roca y formó en su orilla izquierda un techo natural que cobija a la Virgen. El párroco, Manuel García Velasco, rehabilitó el lugar en 2009, pero echo en falta un libro de estilo de nuestra Iglesia, un catecismo estético. Aquí observé una máquina expendedora de monedas de la Virgen, bañadas en plata de ley, a tres euros; en otra tragaperras se contratan velas eléctricas, a tanto por minuto, y otra expende cirios con la garantía de Albaida, Valencia, y este pareado sin arte ni tilde: "Veremundo, el mejor velon del mundo", eso sí, más profano y transversal que aquél de "Hostias San Honorato tienen más Dios". La boda bien, y la novia muy guapa.

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