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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Pelayo y cierra Asturias

No pronunciarás el nombre de Pelayo en vano debería ser mandamiento de obligado cumplimiento en los tiempos convulsos que corren, en los que el mítico rey de los primitivos asturianos se ha convertido en argumento recurrente de listillos y graciosos para zaherir desde las redes sociales a los islamistas o tal vez como excusa macabra para espantar ciertos terrores. "Resucita, que hay trabajo que hacer", señala un meme de largo recorrido estos días en Twitter y Facebook, sobre una imagen de la efigie del caudillo astur tal como se le ve en la explanada del real sitio.

Comenzamos con la broma de reivindicar a Pelayo y la gesta de Covadonga y seguiremos después con el empeño de hacer campear a Santiago Matamoros, decapitando infieles a lomos de un caballo blanco. Vamos por el buen camino: pronto nos convertiremos todos en "miles Christi", en legionarios de la cristiandad al grito de "Dios lo quiere", como hacían los cruzados en defensa de los Santos Lugares a sangre y fuego. Primero, de coña; y después, Dios dirá...

¿Les suena? Todas las culturas cargamos con el lastre de una guerra santa con la excusa de "Dios con nosotros": Santiago y cierra España; Pelayo y cierra Asturias y que le den al moro Muza, o a Munuza, en acepción gijonesa.

Sigamos haciendo el gilipollas con bromas de pésimo gusto y participemos estúpidamente en esta ceremonia de intensificación de la islamofobia, que es precisamente el objetivo que buscan los terroristas con sus sangrientos atentados.

Dejen a Pelayo tranquilo en su pedestal, que disfrute en Gijón del Festival de la Sidra. Que ésta no es su guerra.

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