El mismo día de la publicación de los datos del paro, ante la bondad de los mismos, escuché a un destacado miembro local de Podemos decir en privadillo "a este paso nos joden la estrategia". Al parecer, esa estrategia gira alrededor de aquello tan mezquino: cuanto peor vaya la cosa económica mejor para nosotros, y así pescamos votos en el descontento y la frustración. Hombre, hay que estar ciego para no ver que el PIB esta creciendo, que las exportaciones baten cifras históricas, que el consumo tira y que se crean empleos y oportunidades. También es cierto, que ha habido una clara devaluación de salarios y que persisten preocupantes desequilibrios sociales que deben ser solucionados sin demora, pero no se puede negar que se esta creando riqueza y que España va bastante mejor. Esto lo sabe esa izquierda del comunismo tradicional y, como por la buena marcha, se les achican los espacios, les ha entrado la ansiedad y las prisas por llegar al poder porque ven que las oportunidades se les esfuman. Si a la buena tendencia económica, le añadimos las ambigüedades de Podemos en asuntos como el pacto antiyihadista, su silencio elocuente ante la farsa de la Asamblea Constituyente organizada por Maduro con 126 muertos en Venezuela, su confusa estrategia con respecto al proceso de independencia catalán y que el PSOE, a pesar de sus contradicciones, va recuperando su espacio natural de izquierda moderada, sin obviar que, el desgaste por el efecto corrupción en el PP se va diluyendo -por lo que el linchamiento de Rajoy cada vez vende menos- no me equivoco si digo que esa formación y sus satélites gregarios nacidos del populismo más rancio, empiezan a tener un futuro con un recorrido limitado. Como no son nada tontos, lo saben y son perfectamente conscientes de que ese tufillo totalitario (incluso internamente) que desprenden empieza a calar en los votantes, por eso la urgencia por tocar pelo, aunque sea como segundones de la mano del PSOE y de los independentistas, y lo tratarán de materializar a partir de septiembre en una especie de frente popular con la intención de asaltar el gobierno de la Nación. Esperemos que el PSOE, una vez que Sánchez se aclare en algunas cuestiones como la plurinacionalidad, asuma su papel de alternativa de futuro y no entre a ese trapo porque lo acabará pagando en las elecciones ya que las prisas nunca son buenas cuando esta en juego el bienestar y la tranquilidad de la gente.
