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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Afición de Primera

El apoyo incondicional del público es la gran baza de El Molinón

De las escasas evidencias que acompañan la trayectoria reciente del Sporting, una resulta absolutamente incontestable: el equipo se ve arropado hasta la extenuación por una afición de Primera. Lo dicho no corresponde a una expresión hiperbólica. El pasado domingo, en el regreso de la temporada a El Molinón y aún sin atajar del todo los síntomas de la depresión posdescenso, 23.905 aficionados colmaron el cemento del estadio. De todos los campos de las dos primeras divisiones del fútbol español, sólo hubo más espectadores que en Gijón en el Bernabéu y en el sevillano Villamarín. Con la diferencia añadida de que el seguidor merengue pitó a Benzema y a Bale, y la Mareona los aplaudió a todos, incluso al utillero.

Dije afición de Primera y tal vez merecería escribirse que de Champions a la vista del podio dominical. Sin embargo, la estadística de la pasada jornada provoca un sarpullido al comprobar que en los campos de los recién ascendidos que disputaron el encuentro en su feudo hubo menos de la mitad de aficionados que los registrados en el coliseo rojiblanco: poco más de diez mil en Getafe y poco menos de esa cifra redonda en Girona.

No es de extrañar que el entrenador, Herrera, destacara al cumplirse el pitido final el apoyo impagable de la afición. O que cada futbolista que se incorpora a la disciplina sportinguista cite el aliento de la grada como uno de los argumentos de su llegada.

Le comento a mi santa, nada futbolera, la cuestión y sin levantar las gafas de lectura de su tableta me responde: "¿Veintitrés mil y pico en el fútbol? ¿Y cuántos en los museos, en el teatro o en el cine?". Y hágase el silencio.

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