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Messi sin Cristiano Ronaldo y Puigdemont contra el Girona

Las consecuencias que tendría la independencia de Cataluña sobre el fútbol

No va a pasar porque no va a pasar, no va a suceder porque "la Constitución prevalecerá frente a quienes quiebren la convivencia" y no lo veremos porque la realidad de todo un país es la que es y no la que quiere ahora, por ejemplo, aquel que en el palco de estadio de Montilivi de Girona dijo el pasado 5 de julio de 2017 (así lo recuerdan los diarios Sport y Mundo Deportivo a las 13:05 horas de ese día), mientras celebraba con "locura" feliz el ascenso del Girona FC a la Liga española de las estrellas: "Tenemos un buen futuro, no es un accidente que seamos de Primera".

Perdón, ese aquel que citaba en el palco de Montilivi era Carles Puigdemont, ex alcalde de Girona, actual presidente de la Generalitat y seguidor del equipo rojiblanco, club que ahora preside el ex jugador de la selección español Delfi Geli, que curiosamente jamás olvidará que debutó en Primera División en la Liga española el 30 de enero de 1990 defendiendo los colores del Barcelona ante el Real Oviedo, en un partido de buen recuerdo también para los azules porque lograron empatar en el Camp Nou.

El mismo Delfi Geli que todos recordarán por sus buenos años de lateral en el Atlético de Madrid o en el Alavés y que no olvidará nunca al "asturianín" Vicente Miera, ex entrenador del Real Oviedo, del Real Sporting de Gijón y de la selección española, que lo llevó por primera vez a enfundarse la roja el 15 de enero de 1992 frente a Portugal.

El pasado 5 de julio Carles Puigdemont celebró el éxito de su equipo que llegaba a lo más alto de la Liga de España tras 87años de vida. Ese día descubrió cómo se vive el fútbol -que ya sé que es un simple deporte- en nuestro país y en el mundo. Entiendo que metido en su guerra política personal no tenga tiempo ahora para ver lo que pasa en ese simple mundo del deporte llamado fútbol que marca, se quiera o no, el pulso de todas las sociedades de este planeta.

Muy posiblemente tampoco haya tenido tiempo de ver la imagen de uno de los dos mejores jugadores de fútbol de mundo -uno es Leo Messi y otro Cristiano Ronaldo- posando ante las cámaras en la noche del miércoles en el Camp Nou en su partido de Champions ante la gran Juventus de Italia con cara de circunstancias -y a lo mejor pensando en su renovación- ante una pancarta que decía "SOS democracia!".

Seguro que tampoco habrá tenido tiempo para escuchar a Javier Tebas, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, decir alto y claro -la portada de diario Marca al 9 de septiembre fue demoledora- que el "Barça no jugará en la Liga Española" si se hace lo que él quiere y que "si triunfa su procés -cuando sea- tendrán que jugar la Liga en Cataluña".

Dicho de otra forma, Leo Messi, que tiene que renovar por el Barcelona, puede estar pensando ante esa pancarta que de azulgrana no competirá más contra Cristiano Ronaldo por el Balón de Oro o la Champions, ni se enfrentará al Atlético de Simeone, al Valencia de Marcelino o el Sevilla de Eduardo Berizzo. Que no verá nunca lleno el Camp Nou y que no competirá contra el Bayern Munich, el Chelsea o el París Saint-Germain. Y lo que todavía podía ser más complicado, que no habrá dinero suficiente en su club para pagarle a él el sueldo que pide con los millones de la televisión y de las competiciones internacionales. O peor todavía, que vea o escuche cómo Luis Suárez le pide a su representante que mire a ver si puede ir al Atlético en vez de Diego Costa o al Real Madrid a ocupar el sitio que dejo libre Morata. A Iván Rakitic lanzar redes sobre su Sevilla para regresar a Nervión o a Gerard Deulofeu hablar con Lopetegui a ver si le puede ayudar a encontrar un hueco en uno de los grandes para no perder el ritmo, como le está sucediendo al malagueño Isco Alarcón, que renueva por el Real Madrid hasta 2022, como también hizo Marcelo.

Repito, no va a pasar porque no va a pasar y no va a suceder porque "la Constitución prevalecerá frente a quienes quiebren la convivencia", pero seguro que si Leo Messi está pensándose muy bien que va a firmar para renovar por el Barça, mirando de reojo a Cristiano Ronaldo, mucho peor que la estrella del fútbol argentino y mundial deben estar pasando este mal sueño, pienso yo y todos lo que he consultado dentro del mundo del fútbol sobre este tema, los del Girona FC de Puigdemont que entrena Pablo Machín, ya que después de 87 años de esfuerzo igual no entienden cómo les proponen jugar en el futuro una Liga contra el Barcelona y el Espanyol y contra clubes que me merecen un enorme respeto por lo que tienen que estar luchando para competir en Segunda como Reus, Gimnástic, Lleida, Cornellá, Sabadell, Badalona, Llagostera, Olot o Peralada.

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