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Tino Pertierra

Sólo será un minuto

Tino Pertierra

No me vengas con cuentos

Rosana: "El príncipe azul destiñe y a menudo engaña: quizá rime con gandul y se haya especializado en hipnotizar con sus bonitos ojos piscineros. Hasta que un día te das cuenta de que estás nadando en aguas contaminadas. Yo era como Caperucita Roja. Me gustaba adentrarme en la espesura sin miedo a nada. Ni a nadie. Quizás esperaba encontrar un lobo veloz que me pusiera la adrenalina por las nubes. Conocí a un bobo feroz que me tiró por tierra. Ningún cazador vino en mi ayuda. Afortunadamente. Aprendí a defenderme sola. Decidí que mi destino no podía ser el de la bella durmiente. No quería ser como mi hermana. Sigue con los ojos cerrados esperando a que llegue un caballero campante que la bese y la saque del sopor. Yo no acepto esos canjes estúpidos: ¿por qué debe ser un hombre quien me rescate de las sombras? Lo mismo podría decir de Blancanieves, aunque al menos ella pudo saborear una manzana envenenada. Eso sí, después de ejercer como hacendosa ama de casa para siete enanitos. ¿A qué viene tanta claudicación femenina? Sí, ya sé. La historia está escrita por hombres para perpetuar su poder. Y las idealizaciones son una de las herramientas más poderosas y embaucadoras. Malditas sean. Disney, qué daño hiciste a la igualdad. Los cuentos originales eran menos deshonestos en algunos casos. Crueles, incluso. Por cierto, ¿a qué viene esa tontería de que una pobre cenicienta, tan guapa ella, rodeada de hermanastras gordas y feas, encuentre la felicidad cuando un guapo y acaudalado príncipe le calce un (incomodísimo) zapatito de cristal? ¿Otra vez dependiendo de un varón para ser feliz y sentirte realizada? ¿Y encima aceptando la tortura de meter el pie en una cárcel transparente? Tira ese zapato contra la pared, no seas ceniza. Rómpelo en mil pedazos y no esperes a nadie que te lo quiera poner. Que te haga su esclava con dolor. Como decían en 'El club de la lucha', mi peli favorita, los condones son el zapato de cristal hoy en día. No diría yo tanto (soy bastante prudente en asuntos de cama) pero algo de razón tiene. Lo tengo claro: ser femenina y ser feminista es lo mismo".

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