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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El verano adelantado

Después de un invierno malo y una primavera en ciernes, Fito Cabrales acaba de inaugurar el verano en Gijón, con una sesión doble de baño de masas. Verano musical, se entiende, que no meteorológico, pasado por agua como ha sido desde la noche del viernes, en rima permanente con los designios de la Virgen de la Cueva. Con los dos conciertos de este fin de semana se inicia una programación que será pródiga en presencias musicales destacadas hasta septiembre, que ya hay más festivales en Gijón que concejales tiene el equipo de gobierno.

El líder de los Fitipaldis está en la carretera y comanda un equipo con las prestaciones de un Ferrari, con parada nocturna en esta ciudad, dos noches seguidas. Fito conduce cochazo y a estas alturas no necesita hacer probaturas como Fernando Alonso: pone su bólido de cero a doscientos en cuestión de segundos, al paso de tres acordes de alguna de sus míticas composiciones, que a alguna gente nos parece que son casi todas la misma. Y ya tiene mérito.

Ocurre que apellidándose Cabrales no podía esperar de Asturias el músico perillán más que aplauso y agasajo. Otra cosa es llevar Cabranes en el apellido: viene al Sporting un entrenador de fuera, llámese José Ramón Sandoval, y no hay forma de hacerle entender que en Asturias existen dos concejos que se llaman igual salvo por una letra.

Tan es así que aquel míster madrileño al que zahería la grada se dirigía a un redactor de Deportes de esta casa por el nombre del municipio del queso en lugar que por el de la comarca de la sidra. Para el ínclito Sandoval, Cabranes (Ángel) era Fito (Cabrales).

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