Boquerizu (Ribadedeva),

Alba SÁNCHEZ R.

«Qué buenu ye'l probe». Así hablan de él los cuidadores de «Caribe», un toro semental de ni más ni menos que 1.700 kilogramos que a sus 5 años de edad va a ser sacrificado para unas jornadas gastronómicas en la localidad llanisca de Nueva el 26, 27 y 28 de junio. En la tarde del sábado su cuidador, Ángel Fernández, y el futuro comprador, Víctor Fernández Alonso, hicieron una prueba antes de presentar al público el animal el próximo jueves. «Caribe» se portó como un novillo en la pequeña vuelta que dio por fuera del establo, aunque en todo momento fue sujetado por un gran tractor por si le daba por revolverse. La prueba la pasó con nota.

La vida de «Caribe» pudo haber sido más movida si no llega a ser por la enfermedad de la fiebre aftosa, que afectó al ganado en Europa cuando el toro apenas tenía tres meses de vida y le obligó a quedarse sin cruzar el charco hacia Santo Domingo (República Dominicana). Era la idea inicial de su comprador, un ganadero natural de Boquerizu y afincado en la República Dominicana, Ángel Lamadrid Fernández, que lo descubrió cuando visitó una exposición de ganado en la ciudad francesa de Burdeos. El ganadero se dio cuenta del gran potencial que tendría el animal, de la raza blonde de Aquitania, en su granja americana.

Y es que «Caribe», con tan sólo tres meses, ya prometía por su enorme tamaño y su peso. Sus antecesores no se quedaban cortos. En su primer año de vida ya consiguió su primer premio al semental de mayor peso y así sucesivamente, año tras año, en los concursos a los que fue presentado.

Tras lucirse en Burdeos, fue trasladado al centro de inseminación Aberekin, S. A., en el País Vasco. Después de cuatro años, el propietario decidió llevarlo a la ganadería de sus familiares en Ribadedeva. Y allí está «Caribe» desde octubre del año pasado, en la ganadería La Central. Su única misión es tratar de perpetuarse para lograr que entre su descendencia haya algún toro como él.

En la ganadería, pasa sus días en el establo: se zampa 20 kilogramos de pienso y paja a discreción al día. Ahora, Ángel Fernández ha decidido venderlo, dado que su ganadería está dedicada a la producción de leche, no de carne. Será Víctor Fernández el que se lo lleve por 3.500 euros para sacrificarlo, pese a haber más compradores.

En Ribadedeva aún tendrán que esperar algunos meses para saber si las inseminaciones han dado sus frutos y «Caribe» tiene sucesor.