Arriondas, P. MARTÍNEZ

En la comarca oriental han nacido, desde 2004 hasta 2012, un total de 2.069 bebés. La media es de casi 230 retoños al año, pero esta cifra ha oscilado en función de dos variables fundamentales y una más tangencial. La pediatra del hospital del Oriente Covadonga Tomé explica que la bonanza económica atrajo población inmigrante de culturas con tendencia a tener más hijos e igualmente animó a los autóctonos a procrear con mayor estabilidad, por lo que se pasó de los 207 nacimientos en 2004 a los 228 de 2008.

Los primeros datos se explican, en parte, porque antes de la construcción del hospital de Arriondas, en 1997, la población tenía otros centros de referencia para el parto y esta inclinación se prolongó algún tiempo. «Cuando empieza la gente tiene ciertas dudas, se nos escapa un número no despreciable de partos porque preferían ir al Hospital Central, al Valle del Nalón o a centros privados», apunta la pediatra.

Sí se hacían todos los partos de las inmigrantes, que en esta zona eran sudamericanas, magrebíes y rumanas, sobre todo, y que acudían al hospital más próximo. En la época en que la economía iba bien, «la familia española también aumentó un poco el número de hijos. Donde antes había uno o ninguno empezó a haber dos o tres regularmente», señala Tomé, en referencia a los años entre 2008, con 228 nacimientos, y 2011, con 258. Éste último ha sido el de mayor tasa de natalidad en la última década y el 2012, con 243 nacimientos (15 menos), es el que muchos han coincidido en señalar como el año en que la crisis se dejó notar realmente en el Oriente. También, según este razonamiento, el pasado será el año en que la natalidad comenzó a caer.

Este descenso se debe, como destaca la pediatra, a que «las inmigrantes están marchando y las familias españolas han vuelto a decidir que no pueden tener más hijos, no se lanzan como en esos años pasados a tener dos o tres». Al ser el de Arriondas un hospital pequeño con «volúmenes pequeños, te puedes hacer una idea muy exacta, lo ves a diario», subraya la médico. Antes de que los nacimientos comenzasen a subir «no había chicas jóvenes y en estos años en que creció veías a las de 28 o 30 años. Ahora volvemos a las mamás de 40, que ya tienen una estabilidad laboral». En cuanto a las inmigrantes, de la misma forma que llegaron e incrementaron la tasa de nacimientos, ahora se van por la situación económica y contribuyen a que mengüe.

Y se espera que lo siga haciendo pues, a pesar de que el hospital Grande Covián ya está afianzado como centro de referencia, el ritmo de la natalidad continuará dependiendo del rumbo de la economía. Covadonga Tomé opina que «lo normal es que siguiese aumentando porque las familias se lo pudieran permitir», pero se teme que no será así, «por lo menos, en los próximos dos o tres años».