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PARRES, PUEBLO A PUEBLO

Bode, pasado de cantera y tabacalera

La localidad vivió de la extracción de piedra y de plantar el tabaco que luego los vecinos vendían a una fábrica gijonesa

Vecinos de Bode en las escaleras de la antigua escuela, hoy casa rural. P. M.

La extracción de piedra de dos canteras y las plantaciones de tabaco son dos de las fuentes de ingresos que tuvieron los vecinos de Bode, en Parres, durante el siglo pasado. En la localidad son muchos los que recuerdan las historias que personas mayores contaban de la primera actividad y más quienes enhebraron las hojas de las segundas para ponerlas a secar.

Una de las canteras estaba en la riega de Les Sacaberes, de donde ahora cogen el agua, y de allí se llevaba la piedra molar "en un teleférico que bajaba hasta el tren, que estaba donde el río Sella, y la volcaba en los vagones para llevarla a la fábrica de San Claudio, donde la trituraban para hacer loza", rememora Clara Gutiérrez, a quien se lo contaban en su familia. De la otra cantera, que estaba en la propia vega del Sella, se sacó parte de la piedra rosada "que se llevó para hacer la basílica de Covadonga", añade la vecina, antes de apuntar que aún se puede ver esa piedra en la ribera.

Esta actividad se inició a finales del siglo XIX y se mantuvo hasta mediados del XX, momento en que convivió con las plantaciones de tabaco que había en casi todas las casas del pueblo. El padre de Alvarina Gutiérrez hacía puros con la planta que secaba en su bodega y ella explica cómo ponían el tabaco a secar en un alambre. "Cuando estaba seco se escogía lo de primera o segunda, se envolvía en mazos y se mandaba en cajas para una tabacalera de Gijón", añade. No en vano, Juan Pacios, vecino de Bode, se llevó en una ocasión el premio al mejor tabaco de Asturias y León, que cultivaba a partir de las semillas de Ramón Longar, también vecino. El tabaco era entonces un muy buen complemento a otras plantaciones hortícolas, que hoy se siguen encontrando en Bode con facilidad. La mayor parte de los habitantes -calculan cincuenta, aunque de todo el año son menos- tiene huerta, pero además hay tres personas que cultivan para vender. También hay tres alojamientos rurales -dos hoteles y unos apartamentos- y un resurgimiento de la juventud, pues se cuentan más de una docena de niños. En Bode gozan de una buena vecindad y celebran varias sextaferias entre la primavera y el otoño, muchas de las que acaban en parrillada comunitaria. Además, el día de la fiesta de San Pedro, el 29 de junio, organizan una comida después de la misa que celebran en la iglesia dedicada al santo, construida en el siglo XVIII. En el pueblo había una capilla anterior, consagrada a San Roque y que se tiró para hacer la nueva escuela, hoy convertida en vivienda.

El concejal del Ayuntamiento de Parres Álvaro Palacios es natural y vecino de Bode, además de presidente de la junta vecinal que gestiona el agua y alcalde pedáneo de la localidad. Palacios explica que los caminos están hormigonados desde 1998 gracias a una subvención europea y a la colaboración del Consistorio. En uno de ellos, el que va a Secaes y La Llosona, ve Palacios una de las mejoras que se podrían hacer en el pueblo. El saneamiento, reclamado por algunos vecinos, se hizo unos años antes e incluye el mayor núcleo del pueblo, aunque quedó alguna casa de las que están más a los extremos.

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