La Consejería de Cultura inspeccionará la cueva de Onís en la que un vecino encontró una serie de grabados con curiosas formas geométricas y zoomorfas, lo que puso en conocimiento del Principado por si pudiesen ser de origen prehistórico. El director general de Patrimonio Cultural del Gobierno del Principado de Asturias, Adolfo Rodríguez Asensio, anunció ayer que un arqueólogo de la Consejería visitará hoy la cueva para determinar el origen de los hallazgos. De todas las maneras, Rodríguez Asensio aseguró que lo más probable es que los grabados se hubiesen formado de forma natural.

Un vecino de Onís localizó la tarde del pasado martes mientras paseaba por la zona, en compañía de sus perros, una cavidad cerca del límite entre el municipio de Onís y Cabrales y no incluida en la carta arqueológica del municipio onisense. En su interior se encontró lo que a simple vista parecían grabados. El director de Patrimonio cree, tras haber visto unas fotos de la cueva, que "la roca, que tiene elementos de formación y distintos momentos también en que el agua la va disolviendo, hace formas. Las roturas en algunos casos son muy finas y se pueden confundir con alguna grabación. En este caso son formaciones naturales", señaló.

En los últimos meses se ha hecho público el hallazgo de varias cavidades con arte rupestre en Onís. En la cueva de Pruneda se localizaron pinturas paleolíticas con forma de ciervo y tres cabras. En esta gruta se localizaron también varios grabados prehistóricos. El Cuevón de Pruneda, como también conocen esta cueva los lugareños, era conocido desde tiempos inmemoriales. Una zona de la citada cavidad se utilizó antaño para la maduraron de quesos. En la cueva de Soterraña, situada muy cerca de la cavidad de Sopeña en la que se han hallado importantes restos arqueológicos, salieron también a la luz grabados y pinturas prehistóricos. En el interior de esta cueva halló el equipo de investigación del Centro de la Fauna Glacial de Onís varias zonas con pintura rojiza y un panel con grabados.

Cultura incluyó el 5 de julio de 2011 a las cuevas de Pruneda y Soterrraña junto con otros 14 bienes arqueológicos de Onís, en el inventario del Patrimonio Cultural de Asturias. Ambas cavidades no fueron investigadas por especialistas en la materia hasta que un grupo de espeleólogos del Club Escar, entre los que se encontraba el presidente de la Federación Asturiana de Espeleología, Pablo Solares, se percataron de la presencia de pinturas. En aquel momento el equipo de investigación del Centro de la Fauna Glacial de Avín decidió pedir permiso para revisar el catálogo arqueológico del municipio.