Preocupación por parte de algunos padres y tranquilidad absoluta del lado de la dirección de los centros educativos de Posada y Pendueles y del Ayuntamiento de Llanes. Así se resume la "crisis de las pulgas" que durante los últimos días ha tenido lugar en el colegio público Valdellera de Posada y en el colegio rural de Pendueles. Las aulas de Pendueles fueron fumigadas ayer para, de este modo, poner el punto y final a un problema que ha sido la comidilla entre padres y profesores de ambos centros escolares durante las últimas jornadas. En Posada, debido a la organización de actividades extraescolares, no se pudo. Las tareas de desinfección se llevarán a cabo en los próximos días.
Tanto desde el Valdellera como desde el centro educativo de Pendueles el profesorado quitó ayer hierro al asunto y aseguraron que en ninguno de estos lugares podía hablarse de plaga. Desde la dirección del Valdellera manifestaron que tan sólo una madre ha puesto una reclamación por este motivo. En Pendueles no hubo protesta alguna por parte de los padres de los once niños de entre 3 y 12 años que a diario reciben clase en este lugar. "No entendemos la alarma creada. No ha sido para tanto", aseguraron los docentes.
"¿Os habéis enterado de lo de las pulgas?". Esa fue la pregunta de la que partieron ayer la inmensa mayoría de las conversaciones que, a primera hora de la mañana, tuvieron lugar en el patio del Valdellera de Posada entre los padres que se acercaron al centro educativo a dejar a sus hijos. María José Borbolla Niembro, la madre que puso la queja ante la dirección del Valdellera, explicó su versión de los hechos mientras mostraba las picaduras que los insectos habían causado a su hija, alumna de tercero de infantil, en la espalda y en las piernas.
"El problema no es de ahora. Llevamos tres años con ello", aseguró. Su pequeña, a consecuencia de las picaduras, ha tenido que acudir al médico y recibido corticoides. "Expuse el problema en el colegio y me dijeron que no había ninguna plaga y que por un solo caso no se iba a fumigar. Con el parte médico acudí al Ayuntamiento", aseguró esta madre. Borbolla Niembro culpa de la presencia de los insectos, no a una explotación ganadera cercana al centro, sino a perros y gatos que, a su juicio, campan a sus anchas a diario por el recinto y son alimentados con la comida sobrante del comedor. "Yo fui alumna de este colegio y jamás hubo pulgas pese a la cuadra que está aquí al lado", dijo. Covadonga Rodríguez asegura que su hijo, también alumno de infantil, llegó el pasado jueves a casa con picaduras de pulgas en la espalda. "Ya pasó algo parecido el año pasado. Me preocupa un poco", aseguró. Marta Martínez manifestó que su hijo no ha tenido problemas con las pulgas este año, pero si durante el curso pasado. Otras madres, por contra, quitaron dramatismo al asunto.
En Pendueles los profesores achacan lo sucedido con las pulgas a unas labores de limpieza que tuvieron lugar en una de las aulas del centro la pasada semana. "Lo primero que tenemos que decir es que no hay plaga de ningún tipo. Hace usos días retiramos unos libros viejos de las estanterías y, al abrirlos, dos alumnas dijeron que habían visto pulgas. Una recibió una picadura y otra tenía dos en las piernas. Eso es lo único que ha pasado. Estamos sorprendidos por el revuelo que se ha montado con todo esto", indicaron.
El concejal de obras del Ayuntamiento de Llanes, Juan Carlos Armas, hizo ayer al mediodía un llamamiento a la calma. "Hay que desdramatizar todo lo ocurrido. No hay ninguna plaga de pulgas", dijo con rotundidad. Armas reconoció la existencia de una queja de una madre del colegio Valdellera. "Se procederá a desinfectar y desparasitar el colegio de Posada y el de Pendueles por precaución. Lo hacemos por seguridad", dijo el edil del Partido Popular e integrante del cuatripartito llanisco.
