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Personajes de Cangas de Onís

Pionero de los productos de la tierrina

Elías González Llerandi mamó en La Barata los secretos del comercio de proximidad que ahora aplica con éxito en la ciudad

Elías González Llerandi, a las puertas de su local cangués. J. M. Carbajal

Elías González Llerandi, 45 años, sigue los pasos de sus abuelos Elías González Amor, de Fuentes (Parres), y María Paz Caveda Amor, ésta oriunda de Tresmonte (Parres), quienes allá por el año 1934 abrieron en Cangas de Onís el comercio La Barata, uno de los más señeros de la vieja capital del Reino de Asturias; negocio familiar en el que también trabajaron sus padres Elías González Caveda y María del Carmen Llerandi Remis, hasta que cerró sus puertas al público en 1998, cuando se derribó la vetusta casa en la que estaba asentado, en la esquina a la calle Constantino González.

Elías González, que tiene otras dos hermanas - Mari Paz, que ejerce como odontóloga, y Mamen, quien regenta una clínica veterinaria- siempre se sintió atraído por el comercio, pues desde guaje ya hacía sus pinitos en La Barata, dedicado en una primera época a tienda mixta, con algo de alimentación y también con diversidad de mercancías destinadas al sector agrícola. De hecho, con el transcurso del tiempo el negocio se iría abriendo a la distribución de piensos, así como la de productos lácteos.

Tras estudiar en las Escuelas Públicas "Vázquez de Mella" y en el Instituto Rey Pelayo, el joven Elías se trasladó a Londres para estudiar el idioma de Shakespeare, donde permaneció en un colegio durante ocho meses. Quería aprender inglés, tal como había hecho con anterioridad su hermana mayor, Mari Paz. Tras esa fructífera experiencia, puso rumbo a Valencia, lugar en el que cursó estudios de Gestión Comercial y Marketing.

De regreso a Cangas de Onís comenzó a involucrarse de lleno en la actividad cotidiana del comercio familiar y, pasito a pasito, introdujo la especialización en productos asturianos, algo que sería pionero en esa localidad del Oriente. La demolición del viejo edificio en el que estaba ubicada la tienda y la posterior edificación del solar donde se situaba propició otro nuevo establecimiento, con la misma denominación, también en la Avenida de Covadonga.

Se inauguró el 16 de marzo de 1999 y comenzaría a marcar otro estilo en ésta nueva época, ya que Elías González Llerandi apostó en firme desde el primer momento por los productos astures, en un marco decorativo rústico y atractivo cara al turista. Además, en aquel momento dedicó tiempo, a un lado la informatización del negocio, a poner los precios tanto en pesetas como en euros, ya que la moneda única aguardaba -entró en vigor al 1 de enero de 2002, aunque la peseta y el euro convivieron durante unos meses más-. "Siempre me gustó el comercio", explica. "PusE en práctica todo lo que aprendí en la tienda vieja".

La proliferación de varias medianas superficies en la ciudad canguesa desembocó en la adaptación a los nuevos tiempos y en eso Elías González fue uno de los empresarios que se decidió por un cambio de rumbo a finales de los 90. "Era imposible vivir de la tienda con la competencia de los supermercados", puntualiza. la base del nuevo negocio llegó asentada del anterior establecimiento, en el que había iniciado los avatares de la especialización de los productos de Asturias.

Este reciente verano parece que las cosas marcharon bastante mejor que en temporadas anteriores. Cangas de Onís presume de encontrarse en pleno "boom" turístico. "Hemos notado una mejoría en las ventas con respecto al año pasado. Lo que sí es cierto es que antes solías vender un queso entero y ahora lo tienes que partir en veinte cachos", matiza Elías González, quien se muestra optimista cara al futuro: "Puedes defenderte bien".

Atrás quedan, en la vieja tienda, los recuerdos de los años en los que sus padres y abuelos confiaban totalmente en la clientela, sobremanera del campo, apuntándolo todo en las correspondientes libretas, a la espera de que los paisanos vendiesen la vaca en la feria o cobrasen la pensión, para regularizar la situación. "Se fiaba mucho a la gente, pero, al final, eran muy cumplidores", sentencia.

Elías González Llerandi, quien reside en la zona de "El Cortijo", apenas tiene aficiones que le caractericen. Le gusta la tertulia con sus amigos de toda la vida, aunque últimamente suele acercarse al gimnasio del polideportivo municipal para mantenerse en forma y desestresar de las largas jornadas de trabajo. El día del Pilar acudió a la invitación que le hicieron en el Ayuntamiento para participar en la subasta del mejor lote de quesos de los Picos de Europa -gamonéu, cabrales y beyos- en el concurso-exposición. Terminó llevándose esos manjares por 2.900 euros, cantidad que se donará a la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

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