Arte grabado a fuego sobre la madera. Juan Antonio Somohano Cerezo emociona con sus creaciones. Artista por vocación y de carácter inquieto, descubrió hace tan sólo unos meses una nueva manera de expresar su creatividad a través de la técnica del pirograbado. En su casa situada en el barrio de La Calle de la localidad llanisca de San Roque pasa horas y horas trabajando en los pirograbados, tallando madera, pintado y construyendo todo tipo de instrumentos musicales, como gaitas, tambores, panderetas y violines. Todo lo que se puede hacer con las manos tiene cabida en su taller.

Desde hace sesenta días, su principal ocupación son los pirograbados. "Comencé a ver vídeos por internet y me animé a empezar a trabajar con esta técnica", dice. Sus pirograbados llaman la atención por su belleza y su perfección. El primer paso es pintar el dibujo a lápiz para luego grabarlo sobre ocume o madera chapada de chopo o de pino, principalmente. Lo hace con un equipo adquirido recientemente en Barcelona. "Es una técnica que se puede ejecutar sobre cualquier madera", precisa.

Entre ocho y nueve horas al día haciendo pirograbados le han dado para reunir cerca de veinte piezas, que estarán expuestas estas navidades en la Casa de la Cultura de Llanes. Las imágenes de La Magdalena, San Roque, La Guía, la playa de Puertu Chicu, Celoriu y la ensenada de Niembru son algunas de ellas. "Me gusta trabajar sobre madera de una superficie de treinta por veinte centímetros. Cuanto menos veteada sea la madera, mucho mejor", asegura. Hasta la fecha es el único artesano del Oriente que se dedica al pirograbado. "No conozco a nadie de por aquí que comparta esta afición conmigo", manifiesta Somohano.

La pasión por la artesanía de este vecino de San Roque le ha llevado a crear, con sus propias manos, todo tipo objetos e instrumentos musicales. Todo comenzó cuando, con 14 años, observaba a un artesano local que trabajaba en las escaleras del paseo de San Pedro. La afición por la música jugó un papel muy importante en sus inquietudes artísticas. Tras tocar en la banda de Porrúa decidió, sin ayuda de nadie, hacer una gaita. La alergia al ébano hizo que tuviese que dejar de fabricar este instrumento, pero ahí no paró la cosa. Acto seguido comenzó a hacer tambores, algunos de los cuales han ido a parar a la banda "El Llacín", y a importantes y conocidos artistas asturianos. También hace castañuelas y panderetas. Algunas panderetas las decora con la técnica del pirograbado. "Marta Elola fue la persona que me animo a hacer panderetas. Las hago con piel de cabrito y con madera de nogal negro, cerezo o arce. Las sonajas también las hago a mano con acero inoxidable", detalla.

"Para mí, todo esto es un hobbie. En la actualidad me estoy planteando la posibilidad de entrar en alguna sociedad de artesanos para intentar vivir de todo lo que hago. Ojalá me pueda dedicar a ello de manera profesional. Todo lo que hago es de manera autodidacta y rompiéndome la cabeza", señala. Una de sus últimas creaciones ha sido un violín para zurdos. "Soy zurdo. Empecé a dar clases de violín y sólo había para diestros, lo cual me enfado bastante. Como soy una persona muy inquieta, hice un par de ellos, pero no domino el instrumento ni mucho menos. No puedo estar a todo", apunta.