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Ribadesella defiende el regreso al concejo del patrimonio local depositado en Oviedo

Los hallazgos de la cueva paleolítica, las lápidas romanas de El Forniellu y los capiteles de Moru están en el Museo Arqueológico, y no todos a la vista

Ribadesella defiende el regreso al concejo del patrimonio local depositado en Oviedo

Cuando se empezó a proyectar el Museo de Tito Bustillo, en Ribadesella, "la idea era traer lo que estaba en el Museo Arqueológico, en Oviedo, y tenerlo aquí". Aquella intención la recuerda la alcaldesa, Charo Fernández Román, de Foro Asturias, para quien "está claro" que el equipamiento final "no la recoge". En el centro de arte rupestre no se puede ver a día de hoy ni un sólo original del abundante material que se encontró en la cueva paleolítica y que continúa en el museo regional.

A la regidora le gustaría que estos hallazgos estuvieran en el equipamiento riosellano para así "dotar de contenido el cascarón, por así decirlo", apunta. Toni Silva es escritor y uno de los integrantes más activos de la plataforma ciudadana que luchó porque Ribadesella tuviera un museo de Tito Bustillo. Coincide en reivindicar el regreso del patrimonio, al menos en parte o con fórmulas como las exposiciones itinerantes y las réplicas.

"Lo justo sería que estuviera equilibrado, que no estuviera todo allí. Aquí podría haber alguna cosa y las más importantes deberían rotar", opina Silva, quien no obstante cree que "va a ser difícil sacar cosas" del Museo Arqueológico. Para el riosellano el "saqueo" del patrimonio local "no es justo" y la existencia del centro de arte rupestre abre la puerta a "revisar el concepto de museo y darle un espacio a los restos auténticos. Si no todos, sí parte. Y si no de forma permanente, sí temporal", añade Silva.

En la actualidad el Arqueológico no exhibe todos los hallazgos de la gruta paleolítica: parte están en varias vitrinas y expuestos al público y el resto permanecen en los almacenes. A juicio de Silva, el patrimonio "tiene que guardar relación con el sitio donde se encontró", no como sucede con el Parque de la Prehistoria de Teverga. En su opinión, "hay que buscar la relación con el contexto. Si no, es artificial y está mal explicado, aparte de injusto", añade.

Es lo que sucede en el Arqueológico con el material de Tito Bustillo, que se muestra en vitrinas acristaladas junto a otros muchos hallazgos y bajo el epígrafe general de "cuevas asturianas". De este modo, al visitante no experto le resulta extremadamente difícil distinguir qué arpones, huesos labrados o agujas se encontraron en Ribadesella de los que se pudieron hallar en cualquier otra gruta de la región, la mayor parte en la comarca del Oriente. Este material viajó de la excavación en la cueva riosellana a Oviedo, jamás estuvo en el concejo, y a juicio de muchos es hora de que regrese.

Lápidas y capiteles

El de Tito Bustillo no es el único patrimonio riosellano que se puede ver en el Arqueológico. El museo regional también muestra las dos lápidas romanas descubiertas en 1926 en El Forniellu y datadas entre los siglos I y III. Se encontraron al hacer obra en un caserío situado a unos 500 metros de la iglesia de San Esteban de Leces, pero que ya pertenece a la localidad de Torre. De aquel yacimiento sólo se conservan estas dos tumbas, pues los obreros anduvieron manipulando y tanto los restos orgánicos, como la ropa y alguna moneda desaparecieron.

"Quedaron dos estelas funerarias. Una dedicada a Marco Licinio, datada entre el siglo I y III, y otra antropomorfa, pues lleva una cara grabada, datada entre los siglos II y III", expone Toni Silva. El escritor e historiador local también menciona los dos capiteles de la iglesia de San Salvador de Moru, en la localidad de Nocéu, entre el patrimonio que se llevó desde Ribadesella hasta Oviedo.

"Son de un románico rústico, un poco del estilo del románico rural. Están poco elaborados pero son muy ingenuos, muy expresivos", apunta el riosellano, para quien el autor tuvo "cierta soltura" en uno de ellos, pues labró unas caras y las que están en los vértices se pueden ver desde los dos ángulos. El otro capitel tiene un diseño mucho más sencillo. La alcaldesa riosellana opina, en este caso, que "ya que la iglesia está restaurada, podrían reponerse los capiteles" a su emplazamiento original. Silva propone, en este sentido, que si los vecinos de Moru quieren hacer un aula didáctica de la iglesia, como han anunciado, "lo mínimo sería que tuvieran réplicas allí".

Por otra parte, los restos óseos de animales del Cuaternario que se hallaron en la cueva de La Rexidora, en Cuerres, llevan el mismo camino de desarraigo. El Ayuntamiento había ofrecido una beca para seguir investigando en la gruta, pero el Principado la rechazó. Por el momento estos restos no están expuestos en ningún equipamiento al público, pero es de suponer que si el Gobierno regional no cambia su política irán también al Museo Arqueológico. A la alcaldesa riosellana le gustaría que estuvieran en el centro de arte rupestre de Tito Bustillo.

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